Esterilizadas en prisión sin saber
La práctica afectó a 148 reclusas en California

Kimberly Jeffrey, una de las mujeres que habría sido esterilizada sin su consentimiento mientras estuvo en prisión, según revela un reporte. Crédito: Centro de Periodismo de Investiagación
SACRAMENTO. Tanto el Departamento de Prisiones (CDCR) como la Oficina del Interventor Federal de la Salud en las prisiones del estado confirmaron que casi 150 mujeres presas fueron esterilizadas sin aparente autorización del estado, ni de ellas mismas.
“Esta es una historia vieja y nosotros no hemos tenido nada que ver porque el Interventor Federal es quien ha estado a cargo de la salud de las prisiones del estado desde 2006”, dijo Jeffrey Callison, portavoz de CDCR. “Esto ocurrió entre 2006 y 2010”, precisó.
Joyce Hayhoe, portavoz de la oficina del interventor federal a cargo de la salud de las prisiones del estado, Clark Kelso, dijo que las esterilizaciones sin permiso son ciertas, pero aclaró que se pararon en cuanto ellos supieron en 2010.
“Estas ligaduras de trompas se estuvieron haciendo incluso desde 1999”, comentó Hayhoe.
El hallazgo fue hecho por el no lucrativo Centro de Periodismo de Investigación que reveló que a 148 mujeres reclusas en las prisiones estatales de California les ligaron las trompas para que ya no pudieran procrear, entre los años 2006 y 2010.
El reporte periodístico no encontró los expedientes que muestren las firmas que aprobaron tales cirugías.
Tampoco se encontraron las solicitudes para practicarlas en el comité de salud responsable de autorizarlas en la oficina del Interventor Federal de Salud .
Pero sí hallaron documentos que prueban que el estado destinó 147,460 dólares en fondos locales para esterilizar a las presas entre 1997 y 2010.
Y aunque de acuerdo al reporte, la doctora Daun Martin, gerente médico a cargo de la Prisión Estatal Valle de Chowchilla, entre 2005 y 2007, dijo que nunca autorizó ninguna esterilización, al menos 60 se realizaron durante ese periodo sin el adecuado papeleo.
Según Martin y el médico James Heinrich, las restricciones para la ligadura de trompas eran injustas y encontraron la manera de llevarlas a cabo, “porque eso era lo mejor para las presas”.
Cynthia Chandler, cofundadora de la organización Justice Now que trabaja por los derechos humanos de las mujeres presas, dijo que desde 2008 le hicieron ver al Interventor Federal lo que estaba pasando con las esterilizaciones. “Nosotros documentamos entonces 215 casos”, precisó.
“Había autorización estatal para hacerlas. Estaban conscientes y pagando. Ahora lo que queremos es que haya audiencias públicas para saber lo qué pasó. El público merece saberlo y recuperar el dinero que se pagó a los doctores”. Las esterilizaciones en las prisiones son ilegales bajo la ley federal.
“El problema es que lo más probable es que las mujeres ni siquiera sabían que las estaban esterilizando. Encontramos al menos diez casos de presas que no sabían. Por ejemplo, una mujer a quien le operaron una hernia y más tarde se enteró que le hicieron una histerectomía”, señaló Chandler.
En 2007, Justice Now reportó en un editorial que una joven latina le dijo que un doctor de las prisiones la trató de convencer de esterilizarse inmediatamente después de que diera a luz, por lo que presumen que el problema podría ser más grave entre las presas de color.
En 2006, Robert Sillen, el primer interventor federal de la salud de las prisiones estatales documentó que un preso moría cada día en las prisiones estatales debido a negligencias médicas. “Como en tal ambiente, podemos confiar que el personal de las prisiones se asegurará de tener un consentimiento informado de tales procedimientos”, dijeron Robin Levi y Vanessa Huang, de Justice Now en el editorial.