Bloqueo en el Senado

Política

La inacción del Congreso federal está llegando a niveles históricos. Es difícil de creer que en el séptimo mes del segundo mandato del Presidente Obama su gabinete sigue incompleto. Y el epicentro de esta inacción es el Senado.

Muchos de los nominados de la administración para vigilar que se cumplan las leyes que nos protegen siguen en un limbo legislativo gracias a que la bancada republicana está haciendo todo lo posible por bloquear las prioridades del presidente Obama. La oposición está empeñada en erigir un muro frente a los nominados del Presidente para dirigir las agencias que protegen el aire que respiramos, la calidad de los productos que consumimos y las leyes laborales que amparan a nuestros trabajadores.

Las reglas obsoletas del Senado han permitido a una minoría radical republicana paralizar la maquinaria legislativa. Como resultado, este obstruccionismo liderado por Mitch McConnell y Rand Paul mantiene en el purgatorio legislativo, entre otros muchos, a Gina McCarthy, nominada para dirigir la Agencia de Protección Medioambiental (EPA), y a Thomas Pérez, designado para liderar el Departamento de Trabajo.

Este bloqueo desafía toda lógica. McCarthy sirvió en cinco administraciones republicanas y ha trabajado para el presidente Obama y Mitt Romney. Aún así su confirmación se ha retrasado más que ninguna otra en la historia de la EPA. Pérez, quien sería el hispano de mayor rango en la administración, también ha encontrado una feroz oposición que podría incluir filibusterismo legislativo.

Este politiqueo está dañando los intereses de los californianos, que ven cómo los logros legislativos de sus dos senadoras, Boxer y Feinstein, no se implementan.

La falta de un líder en la EPA entorpece la realización de sus obligaciones ahora que hay tanto trabajo que hacer. El cumplimiento de las leyes medioambientales es especialmente crucial para la comunidad hispana, la cual sufre desproporcionadamente los efectos de la degradación medioambiental. Asegurarse del cumplimiento de las leyes laborales es también crítico para esa comunidad, cuyo nivel de desempleo es superior a la media nacional.

Bloquear a los nominados del Presidente Obama es una estrategia básica de las grandes corporaciones —y de los políticos que financian— para entorpecer su mandato. Tristemente, está funcionando. Si el obstruccionismo persiste y nominados como McCarthy y Pérez no son confirmados, nuestro ambiente político aumentará su toxicidad.

La solución a esta crisis está a nuestro alcance —implementar reglas de sentido común en el Senado que impidan que una pequeña minoría bloquee el proceso de confirmación. Estos cambios permitirían una votación simple de sí o no para cada nominado.

Los miembros y seguidores del Sierra Club urgen a las senadoras Boxer y Feinstein a que actúen y luchen por una votación justa para cada nominado. Si queremos proteger el medio ambiente y los derechos de los trabajadores tenemos que reformar el Senado.

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