Luchan por reabrir hospital de Long Beach tras Sandy
Residentes de la zona recogieron 11,000 firmas para exigir una solución al problema
LONG BEACH, N.Y. — Funcionarios del único hospital que permanece cerrado tras el paso del huracán Sandy están enzarzados en una agria disputa pública con el Departamento de Salud del estado, que alega que la instalación médica ha estado perdiendo dinero durante años y debe fusionarse con su competidor más cercano, si quiere seguir prestando servicios de salud.
En tanto, los residentes de Long Beach, una ciudad suburbana de 33,000 habitantes a las afueras de la Ciudad de Nueva York, recogieron 11,000 firmas exigiendo una solución. Funcionarios del Long Beach Medical Center (LBMC) planean reunirse hoy con funcionarios del Departamento de Salud del estado, en un intento de negociar una tregua.
“Queremos que el hospital esté abierto, como antes”, dijo el jubilado Dan Dickerson, quien ayudó a recoger firmas de sus vecinos, muchos de los cuales están preocupados ya que el otro hospital más cercano se encuentra en Oceanside, a unas siete millas de distancia, y adonde se puede llegar a tardar hasta 40 minutos en llegar si hay mucho tráfico.
El centro médico, una instalación de 162 camas ubicado en un canal frente al mar —cerca del Océano Atlántico—, sufrió graves inundaciones en la tormenta de octubre.
El sótano se inundó con agua de mar, destruyendo las calderas del edificio y la morgue y obligando a los funcionarios a mudar la farmacia al tercer piso. El sistema de rociadores de la instalación médica tuvo que ser sustituido debido a la preocupación de que el agua salada podría haber puesto en peligro las tuberías.
Funcionarios estiman que el costo de las reparaciones en el centro podría ser de unos $100 millones, aunque se espera que la Agencia Federal para el Manejo de Emergencias (FEMA) financie la mayor parte de los arreglos.
El cierre dejó sin trabajo a cientos de trabajadores y forzó a las ambulancias a llevar a los pacientes de emergencia a otros hospitales más distantes. El centro hospitalario tuvo cerca de 140,000 visitas de pacientes en 2011.
El Departamento de Salud insiste en que los problemas financieros del hospital, y no Sandy, condujeron a la actual situación de estancamiento.
“Lo que Sandy hizo fue acelerar lo que en última instancia habría sucedido. Tarde o temprano habrían tenido que cambiar su modelo de negocio, debido a los serios problemas fiscales y operacionales que enfrentan”, dijo su portavoz Bill Schwarz.
Sharon Player, portavoz de LBMC, acotó que normalmente cuando el estado quiere cerrar un hospital, el Departamento de Salud debe realizar audiencias públicas antes de tomar acción. Ese no es el caso aquí, aseguró.
“LBMC no estaba en su radar”, dijo Player. “La tormenta hizo que fuera conveniente para ellos cerrar 162 camas”.