BART operó sin huelga

Usuarios del BART mostraron alivio al encontrar las puertas abiertas al servicio del transporte público en la bahía de San Francisco

SAN FRANCISCO.— La mañana del lunes 5, miles de usuarios encontraron abiertas las estaciones de acceso al BART, cuando todo indicaba que los trabajadores de este servicio público reiniciarían ese día su huelga laboral, interrumpida desde principios de julio pasado.

La repentina participación del gobernador de California, Jerry Brown, una noche anterior, permitió reanudar las negociaciones entre el sindicato de operadores del BART y sus administradores, al nombrar un comité que investiga el estado de las negociaciones, estancadas desde hace un mes, cuando los trabajadores paralizaron los trenes durante casi una semana completa.

Ante la amenaza de los trabajadores —que harían efectiva una huelga el lunes 5—, el presidente de la Junta directiva del BART, Tom Raduvolich, envió una carta al gobernador Brown pidiéndole su intervención para prolongar el periodo de negociaciones, “de manera que aseguremos al público que tendrá el servicio de transporte mañana (lunes 5 de agosto) y hasta dentro de 60 días, que continuemos con la negociación”, decía en el comunicado.

En respuesta, Jerry Brown dirigió una notificación al director general del BART y tres altos dirigentes sindicales, donde explicaba que había decidido intervenir porque una huelga “alterará significativamente los servicios de transporte público y se pone en peligro la salud pública, la seguridad y el bienestar”.

El vocero del BART, Rick Rice, había dicho que “la huelga es innecesaria y supone una carga injusta para los usuarios, y todos en el Área de la Bahía”.

Manifestó que han respondido a las preocupaciones sindicales “con numerosas concesiones, mientras que ellos han demostrado una falta de voluntad para negociar. Siguen insistiendo en un aumento salarial de 20%, sin cambios en el seguro médico y una pequeña contribución a la pensión. El futuro del sistema depende de un contrato más razonable”.

La oferta de los administrativos del BART es aumentar el salario de todos los trabajadores cada año. “No hay razón para que los líderes sindicales declaren una huelga”, persuadía Rice en un comunicado al público.

El inicio de la jornada laboral el lunes 5 arrastró a cientos a la estación de Balboa Park, en la zona sur de San Francisco. Algunos usuarios entrevistados sobre la repentina decisión que llevó a los trabajadores del BART a cancelar la huelga revelaron motivos de alegría por tener acceso al transporte rápido, péro también expresaron su solidaridad con el movimiento sindical.

Ronald es un peruano que entra a uno de los vagones del BART, justo en Balboa Park. Lleva en las manos un periódico que dice en la portada: “No strike!” (¡No hay huelga!). Le pregunto: ¿Sabía que hoy habría huelga? Respondió que sí. Y siguió: “Iba a ser muy inconveniente con las personas que trabajamos, especialmente en el downtown de San Francisco”.

“También estoy a favor de ellos”, continuó Ronald. “Si ellos trabajan duro para que esto funcione. Pero también nos afectan a nosotros que vamos a trabajar”.

Gabriela, otra viajera con rumbo a Oakland, se manifestó sorprendida de que los trabajadores hayan decidido renunciar a la huelga programada. “Me parece bien, porque me facilita llegar rápido a mi trabajo, pero me sorprende que no hayan seguido resistiendo hasta lograr sus demandas”.

Dijo que la anterior huelga a principios de julio, la obligó a tomar rutas que nunca antes había recorrido. “Realmente fue un sacrificio en vano, porque yo hubiera querido que siguieran hasta lograr lo que pidieron, que finalmente son cosas justas”.

En la estación 16th Mission, Ben, un caucásico-americano, interpretaba un violín para atraer dinero en efectivo. Pero en un periodo de diez minutos, ninguna moneda o billete voló hacia el interior de su maleta. Finalmente, hay un público fugaz que transita frente a él, gracias al servicio abierto del BART.

“Para mí, esto me sirve de práctica”, expresó este egresado del San Francisco Conservatory of Music. “Espero que los trabajadores obtengan algo. En una situación como la de ellos, creo que yo también me iría a la huelga”.

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