Siria, México y el fútbol

El pasado 10 de septiembre las opciones eran claras: ver completo el partido de México contra Estados Unidos o cambiarle de canal para escuchar el discurso de Barack Obama sobre Siria

Difícil decisión para Obama. Por el momento el posible ataque contra Siria está en pausa.

Difícil decisión para Obama. Por el momento el posible ataque contra Siria está en pausa. Crédito: EFE

El pasado 10 de septiembre las opciones eran claras: ver completo el partido de México contra Estados Unidos o cambiarle de canal para escuchar el discurso de Barack Obama sobre el ataque que quiere lanzar contra Siria, por el presunto uso de armas químicas en contra de sus propios ciudadanos.

Por fortuna, el marcador estaba en ceros cuando vino el medio tiempo y fue un buen momento para cambiarle, porque el resultado final no favoreció a México y la selección tricolor está al borde de quedarse fuera del Mundial, con todo y su nuevo entrenador. Ya no se le puede echar la culpa al Chepo de la Torre.

Mientras escuchaba a Obama explicar las múltiples razones por las que es lo mejor lanzar la ofensiva contra Siria, me acordaba del Premio Nobel de la Paz que le dieron no hace mucho. Y también me acordaba de que uno de sus argumentos de campaña fue terminar la guerra en Irak y Afganistán; para ahora ¿empezar otra?

Esa fascinación que tiene Estados Unidos con las guerras nunca la podré entender, ni compartir. No creo que un ataque de Estados Unidos, en el que de seguro morirán inocentes, vaya a traer la paz a Siria.

Les diría que en este caso es mejor hablar de fútbol, pero la verdad tampoco veo el panorama muy alentador… Ya sé, en la próxima hablamos de basquetbol.

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