Padre con cinco hijos ruega por evitar deportación

Ulises Guerrero tiene cinco hijos nacidos en Estados Unidos y una orden de deportación para la próxima semana

Ulises Guerrero junto a su hijo Isaac de 4 semanas de nacido.

Ulises Guerrero junto a su hijo Isaac de 4 semanas de nacido. Crédito: Suministrada

Durante cuatro años, de 1998 a 2002, Ulises Guerrero trabajó como entrenador de perros en el galgódromo del Grupo Caliente, en Tijuana, a donde piensa regresar si la próxima semana un juez de inmigración ordena su deportación.

“A buscarle otra vez, a trabajar con los perros, ahora con los Xolos, de pérdida a barrer el estadio, espero que haya trabajo”, dijo entre la resignación y la esperanza.

A sus 33 años de edad, Ulises está casado y tiene cinco hijos (el menor de un mes de nacido), todos nacidos en Estados Unidos, y a quienes no quiere abandonar.

“Nada más queda esperar de un milagro”, comentó. “Porque no hay otra opción, el juez dijo que no había otra opción, que mis hijos bien se podían adaptar a cualquier forma de vida, que no les afectaría mi deportación”.

Originario de Tijuana, México, Ulises llegó a Estados Unidos en 2002 y desde entonces se dedicó a trabajar y nunca se metió en problemas delictivos.

“Siempre tuve dos trabajos, porque vine por un sueño, para ayudar a la familia, uno se viene por necesidad, y ahora no quiero que mis hijos se tengan que ir a un país que atraviesa por una difícil situación por la violencia y el narcotráfico; yo quisiera que estudiaran acá, pero si se quedan aquí sin padre temo que alguien les haga daño o que se vayan por otro rumbo, hacia las pandillas”, comentó.

Ulises entró al país con visa de turista, pero lo descubrieron trabajando en la fábrica Micro Solutions Enterprises de Van Nuys durante la redada más grande que ha existido en Los Ángeles, cuando aquel 7 de febrero de 2008 la Oficina de Inmigración y Aduanas (ICE) arrestó a 138 trabajadores.

“A mi agarraron trabajando, no estaba haciendo nada malo”, dijo angustiado porque parece que el tiempo se le agota, ya que el 26 de septiembre podría ser deportado.

“Ya no quiero ni pensar qué va a pasar, ha sido un trauma, me daña psicológicamente, hay días que sueño que estoy en México y despierto y pienso cómo le vamos a hacer con los niños, con la escuela, como van a ir a la escuela allá”, mencionó.

Ulises, quien actualmente trabaja como gerente en una pizzería, se ha convertido en activista por los derechos de los inmigrantes a través de la agrupación “Los Sin Papeles”, en una lucha por lograr que el milagro que ahora él espera, algún día sea para todos los indocumentados.

Para tratar de detener su deportación, Hermandad Mexicana Transnacional ha lanzado una campaña para pedirle al presidente Barack Obama que imponga una orden ejecutiva.

“Así como Ulises hay muchos padres que están siendo deportados”, comentó Gloria Saucedo, directora de la organización. “En todo el país hay más de 5 millones de niños que se pueden quedar sin sus padres si no hay una reforma migratoria”.

La campaña consiste en enviar cartas a la Casa Blanca con atención al presidente Obama para hacerle saber que su intervención puede mantener unida al menos a una familia.

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