La época de las vacas flacas

Robinson Canó será agente libre al término de esta temporada y su futuro con los Yankees es  incierto. Ayer se supo que buscaba un contrato de 305 millones.

Robinson Canó será agente libre al término de esta temporada y su futuro con los Yankees es incierto. Ayer se supo que buscaba un contrato de 305 millones. Crédito: ap

Nueva York — Nuestros abuelos decían que cuando alguien agonizaba se aliviaba para después morir.

Ese fue el caso de los Yankees, hoy eliminados de la postemporada, en lo que será solamente su segunda ausencia de la gran fiesta beisbolera en 19 años.

La temporada empezó muy mal, con importantísimas lesiones y bajas como las de Mark Teixeira, Curtis Granderson, Alex Rodríguez y Derek Jeter, para citar algunos, que no presagiaban un año pintado de flores.

Durante dos meses el pitcheo disfrazó una débil ofensiva, que vino a revivir con la llegada de Alfonso Soriano, pero ya el destino estaba trazado y esta versión 2013 estaba encaminada al fracaso.

Dolorosas derrotas ante los Mets, que ganaron cuatro de seis, así como la barrida sufrida ante los Medias Blancas y el dominio absoluto de Boston al final pesaron como una tonelada.

Estas dos últimas semanas, con su carga emocional en lo más alto con los tributos a Mariano Rivera y el anuncio del retiro de Andy Pettitte, de poco sirvieron al grupo de Joe Girardi, que impotente veía como el famoso comodín o ‘wild card’ se alejaba jornada tras jornada.

La lenta agonía del equipo consumía hasta los huesos a la esperanzada afición, confiada en que la ‘mística yankee’ apareciera como por arte de magia. Pero nunca se hizo presente.

Y finalmente lo que todos esperaban sucedió. Un mejor equipo de los Rays le puso los cuatro clavos para sellar el ataúd de los Yankees y el miércoles se confirmó su acta de defunción.

Y mientras aún no se definen los dos boletos de comodín, que muy seguramente quedaran en manos de Tampa Bay y Cleveland, los Yankees se preparan para empezar el receso invernal, tal vez más importante de las dos últimas décadas.

Un equipo avejentado, con estrellas quemando sus últimos cartuchos y con muy poco material de calidad en las menores augura un futuro poco halagador para los Bombarderos.

Y quienes pensaban que el equipo se iba a construir alrededor del quisqueyano Robinson Canó tal vez tengan que pensarlo mejor. Ayer se conoció que el toletero, sin dudas el mejor segunda base de la liga, estaría buscando un acuerdo con la dirigencia que le permitiría ganar 305 millones en 10 años.

La perspectiva de perder a Canó en la agencia libre toma cada vez más fuerza.

Los Yankees, que buscan reducir su nómina a 180 millones, deberán decidir entonces entre buscar material en otros equipos o dedicarse a reconstruir la franquicia, fortaleciendo sus ligas menores y procurar, con suerte, en ir preparando una nueva versión de los ‘Cuatro Fantásticos’ (Jeter, Posada, Rivera y Pettitte) que produjo cinco títulos de Serie Mundial.

Y ésto último es poco probable.

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