Destacan lucha al crimen organizado

Agentes de la Policía Nacional escoltan a William Lázaro, alias "el Escandaloso" (c), supuesto pandillero de la Mara y sospechoso de la matanza de once indígenas el   8 de septiembre en una comunidad rural de Guatemala.

Agentes de la Policía Nacional escoltan a William Lázaro, alias "el Escandaloso" (c), supuesto pandillero de la Mara y sospechoso de la matanza de once indígenas el 8 de septiembre en una comunidad rural de Guatemala. Crédito: efe

Guatemala/Notimex — El presidente de Guatemala, Otto Pérez Molina, afirmó ayer que instituciones fortalecidas permitieron desarticular a un grupo del crimen organizado que desafío al Estado.

El mandatario, acompañado del ministro de Gobernación, Mauricio López Bonilla, habló del tema de la desarticulación de un poderoso grupo del crimen organizado transnacional en su programa semanal retransmitido por la radio y la televisión.

Destacó la captura del cabecilla de la estructura criminal, Eduardo Villatoro Cano, alias “Guayo”, capturado en coordinación con autoridades mexicanas el pasado 4 de octubre en Tuxtla Gutiérrez, Chiapas.

Dijo que “el fortalecimiento de las capacidades institucionales” permitió el éxito de la llamada “Operación Dignidad” que acabó con el grupo del crimen organizado transnacional liderado por “Guayo” y que “se atrevió a desafiar al Estado de Guatemala”.

En los 20 meses del actual gobierno “hemos logrado fortalecer las capacidades de las instituciones encargadas de la seguridad de los guatemaltecos, que habían estado abandonadas por muchos años”, indicó en el programa “De frente con el presidente”.

Pérez Molina dijo que las muertes violentas cesaron en los últimos cuatro meses en la zona del occidental departamento de Huehuetenango, región fronteriza con México, donde Villatoro Cano cometía sus crímenes, lo cual atribuyó a la “Operación Dignidad”.

La estrategia fue puesta en marcha por el gobierno luego del ataque contra la comisaría de la Policía Nacional Civil (PNC) del municipio de Salcajá, departamento de Quetzaltenango, el pasado 13 de junio, que dejó nueve agentes muertos.

Según las investigaciones, el grupo de Villatoro Cano irrumpió en la estación de la PNC de Salcajá y ultimó a ocho agentes. En su huida se llevaron al subinspector de la PNC, César Augusto García, cuyo cadáver fue localizado días después. El gobernante reiteró que la coordinación de esfuerzos entre las instituciones del Estado permitió, en un tiempo corto, darle una respuesta rápida a los asesinatos de los policías en Salcajá.

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