Se inspira en el circo

Fernando Botero presenta nueva COLECCIÓN BASADA EN ESTA TRADICIÓN UNIVERSAL

NUEVA YORK.— Una visita a un pueblo de la costa pacífico de México, le permitió al maestro Fernando Botero encontrarse con un circo ambulante, lo que inmediatamente se convirtió en la fuente de inspiración para realizar su última colección de la cual se desprende el libro Circus: Paintings and Works on Paper, el cual incluye imágenes de 134 pinturas y 57 dibujos.

“Trabajé casi dos años en este tema… estaba en Zihuatanejo y había un circo, le coloque atención y me recordó a mi ciudad natal, les expliqué que yo era un pintor y que quería retratarlos. Fueron muy amables y me dejaron entrar a ver lo que hacían, fue hermoso, poético, la forma en que viven la mentalidad nómada es fantástica”, asegura el artista.

Botero además reconoce que crear esta colección fue como volver a su infancia, ya que el circo en el que se basó para hacer este trabajo era humilde, lo que le trajo recuerdos del pasado cuando creció en Medellín y veía esta misma clase de caravanas.

“Estaba muy conmovido… la capacidad del cuerpo humano como la del contorsionista, el equilibrista, son un gran pretexto para pintar. Por su tremenda fantasía el circo es muy artístico y la exageración de colores es natural”, manifiesta el pintor y escultor.

El colombiano no es el único artista que se ha inspirado en esta tradición para crear su obra, ya que otros grandes del pincel y la escultura como Renoir, Picasso y Seurat ya se habían basado en este tema, es por esta razón que Botero reconoce haberse sorprendido al darse cuenta de que nunca había retratado un show con tanta fantasía.

“No escogí la época para hacer este trabajo, fue por pura casualidad, viendo este circo pensé en cómo no se me había ocurrido trabajar con este tema tan bello y tan poético, es sorprendente que no lo hubiera pensado nunca”, dice el maestro.

“Pero las ideas llegan así, de repente, las mejores ideas de mi trabajo me han llegado espontáneamente, sin estarlas buscando”.

Sin embargo, Botero también admite que a pesar de la naturaleza artística e inspiradora del espectáculo, no pudo visualizar esta clase de imágenes como escultura. Pero lo que si queda plasmado en el papel es su particular técnica de pintura, en la que los personajes son retratados en una versión obesa.

Aunque no volvió al circo desde esa ocasión en Zihuatanejo hace cinco o seis años, las memorias de la visita permanecen vívidas en la mente del pintor, quien aseguró que el elemento que más le llamó la atención de la experiencia fue la interacción de animales salvajes con las personas.

El libro que también tendrá difusión en Latinoamérica, ya se puede conseguir electrónicamente y en librerías como Barnes & Noble.

Botero ha donado sus creaciones principalmente a museos, entre ellos el de Antioquia, localizado en Medellín.

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