Picazón por cambio en escuelas “favorable” a los piojos

Invitan a los padres a revisar el cabello de los estudiantes una vez a la semana

Los padres lamentan que tras dejar limpios a sus hijos, otros vuelven a contagiarlos.

Los padres lamentan que tras dejar limpios a sus hijos, otros vuelven a contagiarlos. Crédito: Shutterstock

WASHINGTON – Algunos padres se rascan la cabeza de molestia debido a las políticas menos restrictivas sobre los piojos y que permiten a los niños con esos parásitos en el pelo regresar a las escuelas.

Y es que algunas enfermeras escolares ya no envían el “aviso de piojos” a otros padres con chicos en la misma aula para advertirles de la posibilidad contagio de sus vástagos.

El cambio tiene por fin evitar que los menores no falten a clases, evitarles la vergüenza y proteger su privacidad.

“Los piojos son repulsivos, pero no peligrosos”, dijo Deborah Pontius, enfermera del Distrito Escolar del Condado Pershing en Lovelock, Nevada. “No es (un problema) infeccioso y es fácil de tratar”, agregó.

Por lo general, cuando un chico que se rasca es enviado a la enfermería, probablemente ya tenía los piojos desde hace tres semanas o dos meses, agregó.

Dijo que los compañeros de clase ya estuvieron expuestos. Hay poco riesgo adicional de transmisión si el estudiante regresa a clases algunas horas hasta el final de la jornada, después que el padre lo haya recogido y le haya aplicado el tratamiento en casa, afirmó.

Pontius tampoco envía avisos sobre piojos. “Se sabe quién tenía”, afirmó, y no hay necesidad de atemorizar a los padres.

Los padres que tengan hijos en edad de escuela primaria deben revisarles el pelo en busca de piojos una vez a la semana, apuntó. Si lo hacen, no hay necesidad de los avisos.

La idea de que se permita a los chicos que no han recibido tratamiento contra los piojos permanecer en las clases no cae bien a algunos padres.

“Estoy consternada. Estoy simplemente indignada”, dice Theresa Rice, cuya hija Jenna, de 8 años, ha llegado con piojos a su casa en tres ocasiones de la escuela primaria en el Condado Hamilton desde el comienzo de las clases en agosto.

“Es un terrible dolor de cabeza tener que lidiar con los piojos”, afirmó Rice. Quitar los pequeños huevecillos, o liendres, y piojos del cabello rubio y largo de Jenna es un proceso de cuatro horas. Toda la labor de lavandería y limpieza adicional es agotadora, dijo.

Rice tuvo que meter en una bolsa los animales de peluche que tanto quiere su hija y ahí los dejó sellados durante semanas después que Jenna quedara libre de piojos.

La escuela de Jenna puso en marcha una nueva política en 2012 que permite a los chicos sin tratamiento de piojos irse a casa al final del día, recibir tratamiento y regresar después.

La política, dijo el distrito, se apega a las normas del Departamento de Educación de Tennessee y de los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades.

Otras escuelas en California, Florida, Nebraska, Nuevo México, Carolina del Sur y otras partes tienen políticas similares.

La Asociación Nacional de la Pediculosis de Massachusetts se opone a una relajación de las prohibiciones sobre los piojos y atribuye a las normas en vigor la propagación de esos parásitos.

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