La ‘opción nuclear’

El Senado tomó una decisión histórica la semana pasada, al eliminar la posibilidad de usar el filibuster para bloquear las designaciones del presidente para puestos en el Gabinete y los principales cargos judiciales. Ya no será necesaria una “supermayoría” de 60 votos para que tome un voto de confirmación excepto con las nominaciones a la Corte Suprema.

Tras ver cómo la minoría republicana bloqueaba la confirmación de tres jueces nominados para el Circuito del Distrito de Columbia del Tribunal de Apelaciones, el líder de la mayoría demócrata, Harry Reid, tomó la llamada “opción nuclear” para conseguir el cambio con una simple mayoría de votos.

Reid dijo que se vio obligado a forzar el cambio por la excesiva obstrucción partidista de los republicanos. Tras el voto, el Presidente Obama dijo que los republicanos habían aprovechado las disputas por las nominaciones para ponerle un alto al Gobierno y que “el actual patrón de obstrucción… simplemente no es normal”.

Obama tiene razón. El filibusterismo es una tradición moderna del Senado que no está contemplada en la Constitución. Le da un poder extraordinario a la minoría y ha sido utilizado por los republicanos para bloquear las nominaciones de Obama más de las de cualquier otro presidente en la historia.

Esto nos preocupa sobremanera porque ha impedido que el presidente cumpla con una de sus más importantes funciones, la de llenar vacantes en tribunales federales, especialmente en jurisdicciones donde hay mayorías de jueces conservadores designados por presidentes republicanos.

Creemos que el cambio de normas del Senado es positivo porque da un duro golpe a la polarización partidista que ha definido al Congreso en los últimos años. Los estadounidenses están cansados de las constantes peleas entre demócratas y republicanos y esperan mucho más de sus delegados en Washington.

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