El cometa y sus caudas

La astronomía en los cielos mexicanos es difícil de entender y esta llena de sorpresas cada seis años

Burbujas

Varios lectores me han preguntado el por qué hablo indistintamente de los problemas de México y de los de Estados Unidos.

Somos vecinos y hubo tiempos en que esa vecindad le causó muchos conflictos a México, incluso invasiones. Hace muchos años, cuando yo era niño, nuestros juegos de guerra eran contra los estadounidenses y nos la arreglábamos para que siempre perdieran.

Los tiempos han cambiado, actualmente hay simpatía por los Estados Unidos, como país, pero no por los republicanos de quienes se dice en México están bloqueando un arreglo en el campo migratorio.

Ya hemos dicho muchas veces que ese arreglo es muy necesario para ambos países por tratarse de 11 millones de personas.

Quiero mucho a México, ahí naci, y quiero a los Estados Unidos, no solo porque vivo aquí, sino porque en el Waldorf Astoria de Nueva York me hicieron hotelero profesional y en la Universidad de Houston fui catedrático. Además, admiro el ejemplo que los Estados Unidos dan al mundo de lo que es libertad de hablar y escribir, que yo disfruto aquí todos los días.

Esa es la razón y no otra, por la que me preocupan los problemas de ambos países, así como también los de los países hermanos de Centroamérica, los de Alemania, donde estudie 10 años, seis bajo el régimen de Hitler, y los de Cuba donde viví mientras se sufrió el ultimo año bajo Batista y los dos primeros de Fidel.

Actualmente me parece que México, políticamente, está dividido en tres partes, cada una de ellas con características propias y partidos que las fraccionan aun más.

La primera de ellas esta capitaneada por un cometa; una cabeza que brilla, seguida de una cauda de luces menores que alumbran cada vez con menos intensidad conforme están mas lejos en la cola.

Ese cometa no sabe estar sin su cauda… Desde la Tierra lo vemos como un fenómeno pasajero que no deja de impresionarnos pese a que sabemos que va a desaparecer de nuestro cielo, si no hoy, algún día.

Y nuestro cometa habla mucho, todo el día, todos los días, de todos los temas, siempre ante la cauda que lo acompaña, y como avanza a gran velocidad sus palabras se van quedando atrás igual que los problemas no resueltos o los nuevos que están creando sus soluciones.

Yo creo que todo lo hecho a la fecha por este cometa y su cauda, aunque la intención sea buena, tendrá que ser valuado, revisado y corregido antes de que este cometa desaparezca en lo infinito del espacio.

Otra parte son los que están allá, muy abajo, donde habita el Mexico de los muchos que casi no comen y viven en jacales con techo de guano o pedacería de lámina, miran al cielo, y ven el inusitado cometa con superstisión y miedos, y les llegan carretadas de esperanzas que no entienden.

Les hablan de una reforma fiscal que no les dice nada, de los energéticos que puede abaratarles el aceitito para su lámpara con la que alejan el temor a la oscuridad y todo lo creen posible porque en el cielo hay un cometa con cola de novia que promete algo, y algo es mucho…

Tras esas dos divisiones queda el grupo de los que están entre el cometa y la miseria. Son cada vez menos, pero son suficientemente ilustrados para entender lo que el cometa, en su intenso e imparable parlotear quiere decir, y para no creer mucho de lo que promete.

Es la clase media que sabe que es vulnerable; no son masas usables como bandera politica; no son proletarios a quienes manejan sus sindicatos y a estos los políticos.

Es esa clase que intenta educar a sus hijos, si no para subir al otro estrato, cuando menos para permanecer en el que están, y eso demanda recursos que son cada vez mas escasos y que el cometa quiere reducir aun más.

La clase media es la del pensar, la de los maestros que educan y actúan civilizadamente (no los vagos que protestan, destruyen y no dan clase).

¿Por qué este grupo no es importante para los políticos?

Porque solo se quejan y no tienen la fuerza suficiente para tomar acciones, y eso en la política de México carece de valor.

Y así alumbrados por nuestro cometa nos enfilamos a un año de muchos problemas que creemos haber resuelto y los miles que saldrán al tener que reglamentar los cambios a las leyes, las correcciones que habrá que hacer, y las legislaciones aún pendientes.

De por sí, la política de México ha sido, en muchos casos, de un malabarismo deshonesto, que rechazamos, tan solo para aceptarlo de nuevo.

Pero México es un país mágico y saldrá de esta, como ha salido de otras sin cometa o con otros de poco brillo.

Falta, para mi gusto, que nuestro cometa, al que le fascina viajar, muestre más interés en que el problema migratorio de millones de mexicanos en los Estados Unidos se arregle.

Y cuando las cosas se hacen con precipitación y no salen bien, habrá la necesidad de hacer cambios a los cambios para lo que se requiere que llegue otro cometa.

La astronomía en los cielos mexicanos es difícil de entender y está llena de sorpresas cada seis años.

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