Pelea por salario mínimo encenderá la política en 2014

Los demócratas buscarán sacar beneficios electorales de la batalla por lograr un aumento de los sueldos

Washington – Líderes demócratas del Congreso tienen escasas posibilidades de retomar el control de la Cámara de Representantes en el 2014, pero esperan que la batalla por un aumento al salario mínimo les brinde provecho político entre los millones de trabajadores que ganan sueldos de pobreza en EEUU.

En la actualidad, activistas de grupos progresistas afines a los demócratas han puesto en marcha campañas para que un aumento al salario mínimo sea sometido a voto en las urnas en estados como Dakota del Sur, Alaska, Arkansas, Massachusetts y Nuevo México.

“Creo que las encuestas han dejado claro el apoyo del electorado a un aumento al salario mínimo, y eso no sorprende porque el mayor crecimiento de empleos ha sido desproporcionadamente en el sector de servicios, ventas al por menor, y comida rápida, donde los sueldos apenas alcanzan para cubrir necesidades”, dijo a La Opinión Jack Temple, analista del Proyecto Nacional de Leyes Laborales (NELP).

“Esto quiere decir que más estadounidenses dependen de empleos con bajos salarios para subsistir, y tiene sentido que esto sea un tema electoral. En el 2006, los demócratas lo incluyeron en su plataforma, ganaron las elecciones, y al año siguiente el Congreso aprobó un aumento al salario mínimo federal”, señaló Temple.

A partir del próximo 1 de enero, 13 estados pondrán en marcha un aumento al salario mínimo, entre ellos Nueva Jersey y Nueva York. Los demócratas, que han estado elaborando estrategias con la Casa Blanca, sindicatos y grupos progresistas afines, esperan que el 2014 sirva de “referendo” sobre quiénes apoyaron o no a las clases media y trabajadora.

En la próxima sesión legislativa, el Congreso analizará una propuesta para aumentar el salario mínimo federal de $7.25 la hora a $10.10 la hora en tres fases, algo que, según activistas, podría beneficiar a hasta 30 millones de trabajadores de escasos recursos.

Pero la medida afronta la férrea oposición republicana, que asegura que un aumento afectará al empresariado y la recuperación económica.

Grupos como NELP insisten en que un aumento al salario mínimo federal generaría un crecimiento económico de entre $25,000 millones y $30,000 millones, en parte porque un aumento salarial fortalecería el poder adquisitivo de los trabajadores.

“Vemos que cuando los trabajadores reciben un aumento, los negocios realicen ajustes sin tener que hacer despidos… las grandes corporaciones como WalMart y McDonald’s, que son los que lideran las empresas que pagan bajos salarios, registran suficientes ganancias como para pagarle más a sus empleados”, argumentó Temple.

El mes pasado, una encuesta Gallup indicó que el 76% de los estadounidenses apoya un aumento al salario mínimo, y ese respaldo abarcó todo el espectro político del país. Entre los republicanos el apoyo fue del 58%, entre la población blanca, fue del 72%, y entre los residentes del sur del país, del 80%.

El presidente Barack Obama, que ha hecho del aumento al salario mínimo una de sus prioridades para el 2014, apoya la idea porque, a su juicio, “en la nación más rica de la Tierra, nadie que trabaje a tiempo completo debería vivir en la pobreza”.

“En mi centro vemos lo duro que trabaja la gente para el sustento de sus familias. El salario mínimo es, en el fondo, el respeto a la dignidad de la gente trabajadora, de pagarles un salario decente; eso ayuda a los negocios, a los empleados y a la comunidad”, dijo a La Opinión Gustavo Torres, director ejecutivo de CASA de Maryland, un centro de ayuda a los inmigrantes.

Maria.pena@impremedia.com

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