‘Elysium’ a Nebrija

El español en el futuro parece diseñado para los que no hablan inglés, o no quieren hablarlo. Es sin oposición alguna la lengua que cumple con todos los requisitos para ocupar ese lugar

Nuestro idioma parece instalado en la vida del estadounidense.

Nuestro idioma parece instalado en la vida del estadounidense. Crédito: Shutterstock

La cresta de la lengua

Cuando ya parecía que en el cine se había vedado el acceso al futuro latino asistimos a la proyección de Elysium. El pueblo se alza contra la injusticia; ahora con Maxal al frente, el héroe latino. Es ficción, que vaya por delante. No faltan toques realistas como alusiones a la inmigración y a la atención médica universal.

Lo que sorprende es que se oiga tanto español en la pantalla. Si otras películas nos lo sustraen, llega Elysium para devolvernos a la realidad: habrá español en la Tierra (de ficción).El español, además, al presentarse como vehículo de comunicación de los desprotegidos, sale indemne de toda asociación negativa con un planeta asolado en el que nadie quiere vivir. Los humanos pudientes, mientras tanto, se han auto exportado al Elysium, paraíso orbital donde, aparte del inglés,también se oye francés.

Será por lo de los Campos Elíseos, la avenida parisina. Pero ¿qué importa?, al final ganan los buenos, que son los hispanos.

Por encima de todo,celebremos que el español resuene con fuerza y generosamente en la vía pública. Y no menos banal, Elysium nos sirve para corroborar que el español, se hable mejor o peor, es ya desde hace tiempo la lengua oficial de los estadounidenses (de habla inglesa dominante) cuando no entienden lo que les dicen o ven que no se les entiende.

No es un caso aislado. Cambiando canales nos topamos con una secuencia de la película Into de sun en la que un amigo policía de Steven Segal, al ser preguntado en un bar “en japonés” sobre la consumición que desea tomar, responde “en español”: “Dos cervezas, por favor”. Y la mesera japonesa lo toma como si fuera en japonés.

El español en el futuro parece diseñado para los que no hablan inglés, o no quieren hablarlo. Esta lengua cumple con todos los requisitos para ocupar ese lugar. Que nadie piense en el chino mandarín como alternativa porque, precisamente, su lengua es lo que les permite vivir aparte.

Una reciente visita al cine para ver Gravity deja otro retazo de lo dicho. Cuando Sandra Bullock está en la estación espacial china se enfrenta a una maraña de botones etiquetados en chino a los que, en un momento de desesperación, se dirige “en español”exclamando: “No hablo chino”. ¿Por qué el español en una estación china de una película en inglés? Que el director y los guionistas sean mexicanos no lo explica, puesto que la frase estaba originalmente en inglés.

Lo dicho explicaría que Johnny Depp se dirija “en español” al conserje de un hotel veneciano en TheTourist o que en Little Fockers Kevin (Owen Wilson), para contar “en inglés” que su novia rusa le ha dejado, ponga “en español” las palabras de la rusa: “Adiós Kevin”.

Nuestro idioma parece instalado en la vida del estadounidense. La premonición de Nebrija en 1492 de hacer del español la lengua compañera del imperio es realidad: esta vez de la compañera americana del imperio.

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