Jack Ryan regresa con modestia en ‘Shadow Recruit’

Crítica de cine: 'Jack Ryan: Shadow Recruit' resucita al analista de la CIA interpretado antes por Alec Baldwin, Harrison Ford y Ben Affleck, en una cinta, ahora con Chris Pine, que huye del gran espectáculo para regresar al 'thriller' más convencional.

Chris Pine recupera el papel de Jack Ryan en 'Shadow Recruit'.

Chris Pine recupera el papel de Jack Ryan en 'Shadow Recruit'. Crédito: Paramount Pictures

La saga cinematográfica con el analista de la CIA Jack Ryan —creado por el recientemente fallecido novelista Tom Clancy— cuenta con todo tipo de producciones y caras: desde dos clásicos indiscutibles del “thriller” como fueron The Hunt for Red October (1990) y Clear and Present Danger (1994) —el primero con Alec Baldwin y el segundo con Harrison Ford—, hasta un título simplemente correcto, Patriot Games (1992) —de nuevo con Ford)—, y otro ya olvidado, The Sum of All Fears (2002) —éste con Ben Affleck—.

Ahora, casi 12 años después de que los estudios Paramount trataran de resucitar la franquicia con Affleck, sin conseguirlo, lo vuelven a intentar, esta vez con Chris Pine, también estrella de otra saga de la compañía, Star Trek, en Jack Ryan: Shadow Recruit.

Pero su aproximación al material tiene poco de renovación, más bien al contrario.

El filme —que se estrena este viernes y ha sido clasificado PG-13— no pretende, en ningún instante, modernizar el género, como lo hizo, con notable acierto, la serie de Jason Bourne.

Más bien al contrario: el director Kenneth Branagh (Hamlet, Thor) adopta un tono clásico, por no decir modesto, muy de años 90, sin demasiados artificios y centrándose en dos elementos: las relaciones entre Jack Ryan (Pine) y su mentor, el agente Thomas Harper (Kevin Costner, felizmente recuperado), por un lado, y su futura esposa, Cathy Muller (Keira Knightley), por otro; y la amenazante presencia del magnate ruso Viktor Cherevin (excelente Branagh), quien trata de desestabilizar la economía de Estados Unidos con toda clase de métodos ilegales… incluyendo un ataque terrorista.

He mencionado una palabra clave en Jack Ryan: Shadow Recruit: modestia. El filme nunca se pasa de la raya en las secuencias de acción, sabe cómo crear suspenso en secuencias impecables (la del robo de datos de la computadora de Cherevin que Ryan lleva a cabo mientras aquél está en un restaurante con Cathy) y pone fin a la aventura con una simple persecución por las calles de Manhattan.

De este modo, la cinta se deja ver con evidente simpatía, pero sin demasiado entusiasmo. Básicamente la misma impresión que causa la interpretación de Chris Pine.

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