Frutoterapia en la tercera edad

En toda dieta saludable, uno de los ítems principales es el que promueve el consumo de frutas por los múltiples beneficios que éstas poseen en contraposición con el poco efecto adverso que pueden generar.

Sin embargo, existe una técnica que sobrepasa este consejo y coloca a la fruta en una posición de privilegio con respecto a la alimentación: la frutoterapia, para la cual el solo consumo de estos alimentos es necesario para enfrentar distintas enfermedades propias de la tercera edad.

Si bien consumir frutas es bueno para cualquier individuo, en los adultos mayores sus beneficios se multiplican ya que el cuerpo está carente de ciertas reservas que en la juventud se reproducen más rápidamente.

Así, con la frutoterapia se logra incorporar una gran variedad de nutrientes naturales que refuerzan el sistema de defensas y favorecen la desintoxicación del organismo, lo que le proporcionará un mayor bienestar en el día a día.

Uno de las principales características de las frutas es que pueden comerse al natural, sin necesidad de un proceso de cocción. Este rasgo es importante porque permite al alimento mantener todos sus nutrientes intactos, tanto la fibra como las vitaminas y los minerales. Si bien cada fruta tiene sus nutrientes propios, por sus cualidades todas resultan beneficiosas, especialmente para tres órganos del cuerpo: los riñones, el hígado y el intestino.

Además, la gran mayoría tienen jugo natural, que juega un rol fundamental en el organismo al favorecer una mejor y más rápida asimilación de los nutrientes por parte del cuerpo. Este factor es muy importante sobre todo en verano, donde el desgaste del organismo es mayor por la pérdida de líquidos a causa del calor, pero también sirve durante la etapa invernal para beneficiar la práctica de actividades deportivas.

El alto contenido de fibras, vitaminas y minerales hace que todas las frutas sean buenas para el organismo, sin embargo existen algunas que por sus propiedades son especialmente beneficiosas para el desgaste que se produce típicamente en los adultos mayores.

El aguacate, por ejemplo, tiene un alto contenido de vitamina E y ácido oleico cuyo consumo es muy beneficioso para tratar los problemas del sistema cardiovascular.

También benefician al corazón frutas como la naranja, limón y otros cítricos que contienen un alto índice de vitamina C y propiedades antioxidantes, que ayudan a mejorar la circulación y la limpieza de la sangre.

Finalmente, otros alimentos que cuidan nuestro sistema circulatorio son los que poseen licopeno y/o betacarotenos, como el tomate, la zanahoria y la calabaza, que también generan un efecto antioxidante en el organismo.