Transformarán cárcel de El Bronx en centro educativo

La antigua correccional Fulton acogerá a exconvictos en una iniciativa que busca reinsertarlos a la sociedad

Nelson Mendoza (centro) y otros miembros del programa Save Our Streets South Bronx (SOS) trabajan en la iniciativa para transformar la correccional Fulton.

Nelson Mendoza (centro) y otros miembros del programa Save Our Streets South Bronx (SOS) trabajan en la iniciativa para transformar la correccional Fulton. Crédito: EDLP / José Acosta

NUEVA YORK — La antigua correccional Fulton de El Bronx será la primera prisión del país en ser convertida en un centro educativo para ayudar a los exconvictos a reintegrarse a la sociedad.

La transformación del centenario edificio de ladrillo de siete pisos, localizado en la avenida Fulton cerca del parque Crotona, representa el cambio de actitud de políticos y reformadores penitenciarios, que buscan que cuando los presos salgan a la calle encuentren un sitio de acogida que les dé las herramientas necesarias para ser personas productivas para la sociedad.

“Los programas de reingreso como el que van a crear en la Fulton son excelentes para exprisioneros que no cuentan con el apoyo familiar y no tienen vivienda”, dijo el exconvicto Nelson Mendoza (45), quien, como supervisor del programa Save Our Streets South Bronx (SOS), patrulla las calles del vecindario y ayuda a jóvenes en riesgo de caer en violencia y pandillas.

Mendoza, quien cumplió una condena de 23 años por homicidio en segundo grado y venta de drogas, narró que duró siete meses sin empleo hasta conseguir el trabajo en SOS, programa que contrata exprisoneros y gente de la comunidad a fin de ayudar a prevenir la violencia con armas en los vecindarios.

La conversión de la cárcel en un centro de reingreso de exconvictos está a cargo de la Osborne Association, una organización sin fines de lucro fundada hace 80 años que anualmente sirve a más de 8,000 neoyorquinos que han estado en prisión y a sus familias.

Jonathan Stenger, portavoz de la Osborne Association, destacó que, además del empleo, la falta de vivienda es el primer problema que enfrentan las personas cuando salen de la cárcel.

“Si sus familias viven en un edificio público de la Autoridad de la Vivienda de la Ciudad de Nueva York (NYCHA, por sus siglas en inglés), por regulaciones de la agencia los exprisioneros no pueden quedarse a vivir allí y son forzados a irse a un refugio“, detalló Stenger.

Para resolver este problema, explicó Stenger, el centro que se creará en la Fulton se transformará en un edificio de vivienda para unos 90 hombres y mujeres, que incluirá servicios de educación y entrenamiento de empleo.

El gobernador de Nueva York Andrew Cuomo cerró siete cárceles en años recientes (la Fulton en 2011), con la oposición de oficiales correccionales estatales y del sindicato de policía (PBA, por sus siglas en inglés).

James Miller, representante del PBA, dijo a los medios que la clausura de prisiones “causa sobrepoblación carcelaria y tiene un impacto económico en la comunidad”.

Pero los reformadores penitenciarios, como la Osborne, argumentan que encarcelar a la gente es un lastre para la economía y que los recursos deberían concentrarse mejor en el reingreso.

En la Ciudad de Nueva York, el 77% de los prisioneros son delincuentes reincidentes, de acuerdo con el reporte de 2013 del Departamento de Correcciones.

Stenger precisó que esperan que la renovación de la Fulton comience en los próximos meses.

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