Colombiana en Queens hace magia con la ropa infantil

Desde su tienda Sir Lance's Lot, Lupe Jusino confecciona a mano vestidos y disfraces para niños y niñas

Lupe Jusino trabajaba en su casa y, debido al aumento de clientes, decidió registrar el negocio, al que le pusieron el nombre de Sir Lance's Lot en honor a su hijo Lance.

Lupe Jusino trabajaba en su casa y, debido al aumento de clientes, decidió registrar el negocio, al que le pusieron el nombre de Sir Lance's Lot en honor a su hijo Lance. Crédito: EDLP / Mariela Lombard

Queens — Los niños y niñas que entran en la tienda Sir Lance’s Lot de Rego Park, en Queens, como por arte de magia salen transformados en príncipes y princesas, en elefantes, hadas o unicornios.

No es que Lupe Jusino tenga una varita mágica, es que la colombiana, nacida en Barranquilla, posee tal maestría en el diseño, corte y confección de ropa y disfraces, que su fama ha corrido de boca en boca y su clientela internacional incluye a rusos, austríacos, italianos, e irlandeses.

Jusino, junto a su esposo de ascendencia puertorriqueña Bill Robles, son los propietarios de la tienda situada en el 62-77, en Woodhaven Blvd., especializada en disfraces, ropa formal y de eventos, todo hecho a mano.

Todo comenzó cuando en 1986, durante la celebración de Halloween, Jusino le hizo un disfraz de pollito a su hijo Lance, entonces de siete meses de edad, que fue la sensación entre familiares y vecinos.

“Al siguiente año, todos pedían que les hiciera el disfraz de sus hijos, y llegué al punto en que para Halloween hacíamos de 60 a 80 disfraces, pese a que trabajaba como gerente en Philips Electronics“, dijo Jusino. “Para cumplir con los pedidos, guardaba las vacaciones para octubre”, señaló.

La hispana trabajaba en su casa y, debido a la demanda, la pareja decidió registrar el negocio, al que le pusieron el nombre de Sir Lance’s Lot en honor a su hijo. Hace doce años, cuando Robles se estaba por jubilar como gerente de Home Depot, instalaron el negocio en el actual local comercial.

Lo de costurera Jusino lo lleva en la sangre, desde que su familia emigró a Washington Heights cuando ella tenía siete años. Durante las vacaciones escolares, sus padres la mandaban a Barranquilla, a casa de su abuela Soila Niebles, una modista que hacía trajes de novia y uniformes militares de gala.

“Mi abuela se ponía a coser en una Singer de pedales, y a mí me ponían al lado de ella con una máquina chiquitita, que cosía haciendo girar una manivela”, relató. “Yo empecé confeccionándole ropitas a mis muñecas Barbie con los retazos que sobraban de la ropa que cosía mi abuela”.

Entre los disfraces más raros que le han pedido están una ballena y un unicornio, y muchos de sus diseños han ganado concursos de Halloween y de belleza infantiles.

“A veces, para ver los detalles de un vestido de reina he tenido que ver la película donde aparece siete veces”, detalló Jusino. “Todos los diseños son exclusivos y originales, y no hacemos disfraces de horror sino elegantes”, señaló.

Además de disfraces, Jusino fabrica ropa para eventos especiales, como bautizos, primera comunión, primer cumpleaños o graduaciones.

Los precios van de $40 a $1,600. “Y todo depende del cliente. Los mexicanos, por ejemplo, hacen una presentación de la niña a los tres años; los judíos, a los ocho días”, explicó la mujer.

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