¿Es tan malo el juez Osmel Sousa?

Una vez más y al igual que en años anteriores, el juez Osmel Sousa, el hombre que más sabe de belleza ha vuelto a sus andadas y cada domingo deja al descubierto una personalidad… digamos un tanto cruel que no estoy muy segura sea tan verdadera como él quiere demostrar.

No creo que los televidentes duden de su acertada opinión en cuanto a belleza, él sabe perfectamente lo que hace y prueba de esto es que en su historial profesional tiene el haber preparado a más candidatas ganadoras en los concursos de Miss Universo, siete en total.

Todas y cada una de esas jóvenes finalistas que desean llegar hasta la Mansión de la Belleza Latina, tienen el mismo sueño y cada semana dan lo mejor para continuar dentro del famoso certamen.

He tenido el gusto de conversar con Sousa, y la verdad es que me pareció una persona educada, inteligente y seguro de sí mismo, entonces ¿porqué ese afán de hacerle miserable la participación a ciertas aspirantes que fueron seleccionadas por él mismo en otras ciudades?

Les cuento que durante mi entrevista no sólo capté que no es totalmente feliz, ya que su vida ha sido algo difícil.

Según me contó, en su infancia le gustaba recortar muñequitas de papel ‘mariquitas’ y diseñar vestidos para muñecas algo que hacía escondido de su madre pues a ella no le agradaba y prefería que jugara a la pelota.

Tan poco gratos han sido los recuerdos de este creador de bellezas que no se identifica con Cuba, el país donde nació.

“Me hice en Venezuela, allí me fue bien y es el país que yo quiero. No me identifico con Cuba.. eso quedó atrás…… una vez volví y estando dentro del ambiente me dije a mi mismo: ‘esto no es para ti’. No he vuelto”, reveló.

Y para aquellas jóvenes que no se sienten a gusto y que ya están en la lucha por la corona les digo que Osmel cree que no hay mujeres feas y que las duras pruebas a las que son sometidas tienen el fin de que utilicen la inteligencia para salir airosas.

Ahora sí, mi opinión es que las concursantes se merecen un poco de respeto. Hay muchas maneras de hacer sus críticas sin tener que convertirse en el más odiado de todos, a menos de que la razón sea que ha superado el trato recibido en su niñez.