Los abuelos del nuevo balón ‘Brazuca’

La historia de los esféricos a lo largo de las Copas del Mundo

El nuevo esférico que se estrenará durante el Mundial de Brasil.

El nuevo esférico que se estrenará durante el Mundial de Brasil. Crédito: Fotos Getty images

México — “Shoot”, “Fussball” y “Dupont” fueron las marcas de los primeros balones de fútbol que rodaron en Brasil, propiedad de jóvenes cariocas y paulistas de trato fino que habían estudiado en Europa, donde aprendieron un deporte cuya paternidad, en su versión moderna, se atribuyen los ingleses.

Los primeros cuatro balones llegaron con Charles Miller en 1895, quien los prestó para un partido realizado en un terreno conocido como Várzea do Carmo, periódicamente inundado por el río Tamanduateí, en las afueras de Sao Paulo.

Los “Fussball” eran del alemán Hans Nobiling, y los “Dupont” arribaron a Brasil en la maleta de un amigo de Óscar Cox que viajó a Suiza, todos parecidos entre sí, pero totalmente diferentes a los que se usan hoy.

Tenían una abertura por donde entraba una cámara de hule inflable, pero el principal problema estaba en el momento de cabecear, cuando la costura que unía los gajos podía lastimar las cabezas menos protegidas, de ahí el hábito de usar una cinta protectora de tela bastante ridícula.

En la década de 1890, para cumplir con una demanda cada vez mayor, la solución consistió en importar balones europeos, principalmente el británico marca McGregor, pero no faltó un ingenioso artesano brasileño, de nombre Caetano, que fabricara los primeros en su zapatería de la rua Ipiranga, en Sao Paulo.

Otros zapateros entraron en tan promisorio ramo, convirtiendo a Brasil en gran exportador de balones, especialmente a Argentina y Uruguay, donde el futbol empezó a tomar un auge increíble, asumiéndose con un entusiasmo competitivo inusitado.

Por supuesto que eran un artículo de lujo y los jóvenes de las escuelas y de los barrios de Río de Janeiro, Sao Paulo, Buenos Aires y Montevideo jugaban también con calcetas rellenas con trapos, papel o paja, de manera que la mayoría de quienes serían las grandes figuras del futbol sudamericano comenzaron así sus carreras fulgurantes

Con tres torneos mundiales jugados en 1930, 1934 y 1938 en Uruguay, Italia y Francia, el balón utilizado en ellos y en Brasil tenía costuras internas, ya sin la incómoda abertura y la agujeta de cuero, pero con el inconveniente de que éste absorbía el agua en días de lluvia o en los campos llenos de lodo.

“Eran tan pesados que teníamos que jugar con los pies vendados para protegerlos”, cuenta Oberdan Catani a sus 88 años, portero de la selección nacional y del Palmeiras, quien observó la evolución de aquellas pelotas, que en la Copa del Mundo de Chile en 1962, todavía tenían 18 gajos, como los antiguos.

Los siguientes ganaron en estabilidad, reglamentándose internacionalmente el uso del color blanco para los juegos nocturnos y el anaranjado para los diurnos, pero finalmente el primero se volvió el preferido para ambos horarios a partir del Campeonato Mundial de México en 1970.

Hoy, al menos por fuera, los balones son tecnológicamente sofisticados, hechos a partir de materiales sintéticos, desarrollados con elementos que dan potencia al golpeo con pies y cabeza, además de ser de durabilidad prolongada y resistentes a los cambios de temperatura.

Los herederos de los balones ingleses, alemanes y suizos de hace más de un siglo han sido bautizados en los diferentes Campeonatos del Mundo de acuerdo a las características y a la idiosincrasia de cada país sede, “Tango” en Argentina (1978), “Azteca” en México (1986), “Etrusco” en Italia (1990), “Questra” en Estados Unidos (1994) y “Jabulani” en Sudáfrica (2010)

Los primeros detalles acerca del balón oficial de la Copa del Mundo de 2014, se dieron a conocer el 2 de septiembre de 2012, cuando la Federación Internacional de Futbol (FIFA), el Comité Organizador y Adidas -que patrocina a 18 de los próximos 32 equipos participantes-, oficializaron el nombre con que fue bautizado el balón que será usado en el máximo torneo de fútbol.

Mediante nutrida votación en la que participaron un millón 119,539 brasileños, la opción se llamó “Brazuca”, la ganadora con poco más del 70 % de los sufragios.

En la elección se presentaron los nombres “Bossa Nova” y “Carnavalesca”, para el balón oficial del torneo mundialista de 2014 y al respecto, Adidas destacó ante Ronaldo Luiz Nazario de Lima -goleador absoluto de todas las Copas del Mundo, presidente del Consejo de Administración del Comité Organizador de la vigésima Copa del Mundo de Futbol-, que esos otros nombres también estaban inspirados en elementos de la vastísima y rica cultura brasileña.

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