Acusan de apátrida a opositora a su regreso a Venezuela
María Corina Machado regresa a Caracas 'protegida' por parlamentarios peruanos

La líder opositora venezolana María Corina Machado (der.) asiste a una manifestación contra el Gobierno de Nicolás Maduro. Crédito: EFE
“Mi deber era regresar a mi país para seguir en la calle. Es un día en el que se impone la esperanza al miedo para conquistar la libertad”. María Corina Machado volvió a Caracas “protegida” por tres parlamentarios peruanos, no fue detenida (de momento) y clamó ante a sus seguidores en una plaza del este de Caracas:
La llamada “dama de hierro” venezolana (tan conservadora como Margaret Tatcher, tan decidida como la que fuera premier británica en la guerra de las Malvinas) se lo dijo “clarito” a Diosdado Cabello, presidente del Parlamento y cabecilla militar del chavismo: “Ni usted ni nadie tiene el poder de destituirme. Me verán acompañándoles en todas las calles del país”.
El viaje de vuelta de la diputada opositora, destituida inconstitucionalmente y manu militari por Cabello, marcó la jornada número 49 de protestas contra el Gobierno de Nicolás Maduro. El oficialismo acusa a la dirigente radical de traición a la patria, instigación a delinquir e incitación a una guerra civil.
“No cabe duda de que la apátrida, la señora Machado, en su arrogancia burguesa, violó la Constitución. Es la misma burguesía arrogante que comete errores de irse al exterior, de dejarse nombrar embajadora de un Gobierno hostil y luego dice que no renuncia a la investidura de acuerdo a la Constitución. Es la misma burguesía bruta”, apoyó Maduro el engendro jurídico armado por Cabello.
Ambos saben que sólo el Tribunal Superior de Justicia (TSJ) puede retirar la inmunidad parlamentaria a Machado, previo antejuicio de mérito.
La dirigente de Vente Venezuela pasa a formar parte de la lista de perseguidos políticos del chavismo, encabezada por Leopoldo López, quien ayer cumplió 37 días de prisión. Enzo Scarano, alcalde de San Diego, fue condenado a 10 meses y apartado de su cargo.
El siguiente en la lista es Daniel Ceballos, alcalde de San Cristóbal, sentenciado a un año de prisión y destituido también al frente de la Alcaldía.
El líder de la ciudad rebelde, bastión del antichavismo, habló para sus convecinos desde la prisión militar de Ramo Verde: “En mi celda no hay cabida para el miedo, seguiré luchando con ustedes por la libertad de Venezuela”, clamó Ceballos desde la prisión militar de Ramo Verde.
La sentencia contra este dirigente de Voluntad Popular, muy cercano a López, pasa a engrosar el archivo más pintoresco del chavismo judicial: el TSJ ordenó a Ceballos actuar contra las guarimbas el día 18, pero 24 horas después ya estaba detenido acusado de rebelión civil.
“Mal podía cumplir una orden judicial si no estaba ejerciendo su cargo”, reclamó su abogado Enrique Sánchez.
Al otro lado de la ciudad, en el territorio que el Gobierno ha acotado para sus marchas, el chavismo conmemoró los 20 años transcurridos desde que el “comandante supremo” abandonara la prisión de Yare. Pero más que recordarle, la principal pretensión de Maduro era aprovechar el tirón de Chávez para recuperar el músculo revolucionario en la calle, perdido durante un año de Gobierno.
Para ello convocó a las famosas Unidades de Batalla Bolívar Chávez (UBCH), los más fervorosos seguidores de la Revolución. También “animó” la asistencia de los empleados públicos y gastó los recursos estatales en el empeño.
El objetivo era exhibir una fuerza en la calle puesta en entredicho tras los fracasos recientes. Y mostrársela a los cancilleres de la Unasur, que en dos días en Caracas se han reunido con una delegación de la Mesa de la Unidad Democrática (MUD), con activistas de derechos humanos y con líderes estudiantiles.
Los opositores insistieron en la necesidad de elegir un mediador, “un tercero de buena fe que sería acordado por quienes dialogan” ante la desconfianza mutua, desveló Ramón Guillermo Aveledo, secretario ejecutivo de la MUD.