Unasur llama al cese de la violencia en Venezuela
Colombia pide liberar a todos los detenidos venezolanos, incluso a Leopoldo López

El presidente colombiano, Juan Manuel Santos, informa que tres cancilleres de Unasur preparan el diálogo en Venezuela, ayer. Crédito: EFE
“Aparentemente, el Gobierno de Venezuela aceptó anoche esas condiciones para iniciar el diálogo”. Juan Manuel Santos, presidente de Colombia, adelantó una noticia que de inmediato levantó tantas expectativas como suspicacias, dada la magnitud de las exigencias opositoras para sentarse a negociar con el Gobierno: liberación de los jóvenes detenidos, libertad para Leopoldo López y los alcaldes encarcelados, desarme de los paramilitares chavistas…
“Se avanzó mucho? Se creó un grupo de tres países, tres cancilleres, que van a dar los últimos retoques para que ese diálogo se dé”, añadió Santos, pese a que al cierre de esta edición se desconocía cuáles eran las condiciones aceptadas por Maduro. De momento, la primera medida aceptada públicamente por el chavismo, sugerida precisamente por Colombia, fue la creación de una oficina nacional de derechos humanos, que dependería directamente de Nicolás Maduro. “El presidente inmediatamente aceptó”, señaló el vicepresidente Jorge Arreaza.
Fue la canciller colombiana, María Ángela Holguín, quien más insistió en la necesidad del diálogo durante la reunión de la Unasur con los estudiantes, pese a que éstos manifestaron su negativa previa a debatir con el chavismo ante la violenta represión gubernamental. “Yo nunca había visto algo así en el país? A uno no le pueden seguir diciendo que lo que pasa ahora es por culpa de gobiernos anteriores”, sentenció la ministra.
“Para que exista diálogo sincero deben darse muestras claras de voluntad para investigar y sancionar todas las muertes ocurridas en protestas”, destacó la ONG Provea, uno de los interlocutores de la delegación sudamericana durante sus 48 horas de estancia en la capital.
Diálogo sincero que choca con la habitual retórica gubernamental, que tanto gusta del surrealismo mágico revolucionario. La última cortina de humo lanzada desde Miraflores es tan pintoresca como las anteriores: el Gobierno ha encargado a la fiscalía que investigue los crucigramas que publica el diario El Aragüeño, porque “envía mensajes cifrados vinculados a la conspiración”.
La realidad es muy distinta. Y violenta. Las imágenes que estudiantes y ONG mostraron a la Unasur impactaron fuertemente en alguno de ellos. Según el líder universitario Juan Requesens, el canciller de Uruguay contestó que “repudio toda forma de violencia y expreso mi condolencia por sus compañeros caídos y torturados”.
Alfredo Romero, director de Foro Penal Venezolano y también presente en la reunión, destacó la postura del ministro de Pepe Mújica, que todavía rechina en el Palacio de Miraflores. “Fue contundente en cuanto a que hay que detener la violación de derechos humanos”, precisó el abogado. En cambió, criticó la actitud del canciller brasileño: “Diría que hasta fue burlesco con nuestra situación y con la situación de los derechos humanos en Venezuela”.
No es para menos. En 50 días de protestas, 36 personas murieron; cientos resultaron heridas; dos mil detenidas, de las que un buen número lo fueron de forma indiscriminada y de las que 85 permanecen encarceladas, la gran mayoría estudiantes; 59 casos de tortura presentados por las ONG; despliegue de paramilitares alentados por el Gobierno y en connivencia con agentes policiales; tres dirigentes políticos están apresados y la diputada María Corina Machado fue desposeída ilegalmente de su escaño.
Un resumen de todas estas denuncias viajó ayer hasta el Senado de EEUU, de la mano del republicano Marco Rubio. “Maduro y todos sus secuaces viven una vida de lujo. Y Cabello es un criminal”, acusó. El político de origen cubano anunció que pedirá “sanciones contra individuos y compañías relacionadas con el Gobierno, para que sepan que hay consecuencias por lo que está pasando en Venezuela”.
Pese a los esfuerzos comunicacionales y la censura informativa impuesta por el chavismo, la gestión de Maduro sigue cayendo a ojos de los venezolanos. Solo el 41.5% aprueba su ejercicio gubernamental, frente al 55.6% que lo observa de forma negativa, según el último sondeo realizado por la firma Datanálisis. En el último mes Maduro ha caído en 5.5 puntos, desde el 46.8% que conservaba en los primeros días de protestas.
Pero el deterioro de la economía es aún más dañino para su imagen: más del 80% de los encuestados tiene claro que la realidad económica es negativa. La principal preocupación es el desabastecimiento y la escasez, como confirmó el 78.3% de los interrogados.