La China Poblana: una princesa oriental
A Pesar de que la china poblanasimboliza el alma nacional mexicana, algunos desconocen su origen.
El inicio de la leyenda de la china se remonta a la poca colonial. Se dice que la princesa Mirnah, (Minha, Mirrah o Mira) era hija de un rey mongol, que fue raptada por traficantes de esclavos y luego vendida en Filipinas, de donde fue llevada en una navío rumbo a la Nueva España.
El relato más difundido por viejos cronistas es que en el año 1609 nació en la ciudad de Indra Prastha, India Oriental, una princesa llamada Mirnha, de la estirpe Mongol. Al huir de los turcos, la familia llegó a la costa india a donde arribaron portugueses traficantes de esclavos. A Mirnha la describieron de color casi blanco, cabellos claros, frente espaciosa, nariz bien trazada, ojos vivos y altivo andar.
Un día, mientras paseaba por la playa, la princesa fue hecha prisionera y enviada a Manila, en las islas Filipinas y de ahí a las costas del Pacífico. Al llegar al puerto de Acapulco, en la Nao (galeón) de China, la esclava oriental portaba una rara indumentaria, compuesta por una camisa con ricos bordados, un zagalejo de brillantes colores, con lentejuelas, unas chancletas de seda y largas trenzas.
Sus rasgos orientales y vestimenta despertó la curiosidad de la gente que estaba en la feria que se celebraba a la llegada de la Nao.
Al desembarcar la “china”, como fue inmedi atamente catalogada, fue adquirida por el capitán Miguel de Sosa para su esposa doña Margarita de Chávez, quienes la adoptaron y la bautizaron con el nombre de Catarina de San Juan.
Los trajes exóticos de Catarina captaron la atención de las mujeres del pueblo, quienes los copiaron, agregándoles el toque indígena.
Con el tiempo, el vestido de la China Poblana fue aceptando diferentes diseos bordados en la falda, adornados con intensos colores logrados gracias a la incrustación de chaquira y lentejuelas.
Uno de estos diseños es el de un águila posada sobre un nopal devorando una serpiente dibujados en la parte frontal de la falda, y es el diseño más popular que conocemos en la actualidad. La mujer mexicana vestida con este atuendo ha sido de las más pintadas, estampadas y fotografiadas desde la época colonial.
Los colores verde, blanco y rojo fueron adoptados más tarde, de la bandera nacional, una vez que México alcanzó su independencia en el siglo XIX. Más que oriental el traje de China Poblana es mestizo mexicano y habla claro de la fusión de las culturas indígena y española.
Actualmente, el atuendo ha cruzado las fronteras, y en el extranjero junto con el traje de charro, se ha vuelto un símbolo distintivo de México.