Exdistribuidores de Herbalife arremeten contra la empresa
Documental recoge las quejas de personas que alegan haber perdido dinero bajo el esquema piramidal de la empresa de productos naturales
NUEVA YORK – “Perdí cerca de $25,000 en 10 meses”. Con esta línea, Lynn Hamilton, una exsupervisora de Herbalife, abre un documental de 13 minutos en los que más de una docena de personas narran su mala experiencia como distribuidores de esta multinacional. Una de ellas, Darilyn Listort, dice en ese mismo video que terminó interponiendo una queja ante la Comisión Federal de Comercio, FTC, por sus siglas en inglés.
Herbalife vende productos dietéticos y de nutrición a través de una organización que es calificada de piramidal en la grabación, producida y mostrada, el viernes en Manhattan, por el fondo de alto riesgo Pershing Square Capital Management. Su presidente, William Ackman, quien presentó la cinta ante una audiencia que abarrotaba el lugar, apostó, en diciembre de 2012, $1,000 millones en Bolsa a la caída de esta empresa.
En los últimos meses, la FTC, el regulador de los mercados (SEC), el Departamento de Justicia, el FBI y los fiscales generales de Nueva York e Illinois están investigando la empresa. Herbalife se defiende aduciendo que Ackman no entiende su modelo de negocio, niega las acusaciones y ha dado la bienvenida a la investigación de la FTC “dada la cantidad de desinformación que hay” con respecto a la empresa.
Todas las personas que aparecen en el video aseguran que han perdido dinero y todas dejaron la empresa a los pocos meses. Hablan de prácticas engañosas, de cómo la compañía les atrajo para trabajar como vendedores y ganar fuertes sumas desde su casa cuando, en realidad, les animaba no tanto a vender los productos sino a reclutar más distribuidores que pagaran (como ellos antes) para convertirse en la fuerza de ventas.
Ninguno de los que ha participado en este documental es latino, aunque un fuerte porcentaje de los distribuidores de Herbalife lo son.
Tom Zimber, uno de los protagonistas de esta cinta, dijo en un posterior coloquio, que Herbalife anima a los distribuidores a ser supervisores para ganar más dinero. Eso les obliga a hacer una inversión de unos $4,000 para comprar productos y otros gastos -como poner una página web y pagar unos $130 por leads, es decir por la información de personas a las que contactar para animarles a ser distribuidores. Listort, que también participó en este conversatorio, explicaba que ese dinero se paga sin saber si la persona a la que se llama está interesada en vender, va a querer siquiera hablar o terminará colgando el teléfono.
Zimber indicó que, en un momento dado, llegó a ganar $1,000. “Pero para ello tuve que invertir mucho más dinero”, aseguró.
El capital que se invierte en poner en marcha la oficina -que se abona a una institución no asociada con Herbalife, pero sí con un distribuidor independiente-, el dinero que se dedica a comprar leads y el necesario para poner en marcha las ventas no se recupera, ya que no entra dentro de la garantía “Gold Standard” de la empresa. Esta garantía es el compromiso de Herbalife de recomprar los productos no vendidos a quienes deseen abandonar la compañía.
“Yo recluté a 10 personas, cinco de ellos supervisores”, confesaba Hamilton. Entre ellos, una pareja mayor, ella con problemas de vista, que también salen en el video diciendo que han perdido dinero. “Y tuvieron que pedir prestado el dinero para convertirse en supervisores”, lamentaba esta mujer. “Yo no gané dinero trabajando para Herbalife, pero supongo que alguien sí lo hizo”.
Todos los exsupervisores que participaron aseguraron que no conocían las estadísticas que la propia Herbalife hace públicas en su página en internet y que muestran que el 88% de los distribuidores no ganan dinero. En cambio, aseguraron que la publicidad de la empresa y comunicaciones internas enfatizaban en que se gana mucho dinero con un sistema que garantiza beneficios.
Preguntados por la audiencia cuál era la relación que tenían directamente con Herbalife, los exdistribuidores afirmaron que era distante. “Tratan de mantenerte alejado”, explicaba Listort. La mayor parte de las interacciones las tenían con las personas que les habían reclutado.
Herbalife publicó el viernes un comunicado en el que arremetía contra el acto organizado por Ackman y calificaban de “propaganda” el documental con los testimonios. “Esta es otra táctica en el esfuerzo continuado, calculado, bien financiado y coordinado por el señor Ackman para destruir una empresa de 34 años de antigüedad con el fin de apoyar su apuesta inversora de $1,000 millones”.
Herbalife afirma que, desde 2008, 1.6 millones de personas se han unido como distribuidores en EEUU y, 84,000 de éstas, en el último trimestre. Ackman contestó que la mayor parte de esos distribuidores ya han dejado la empresa, que nunca detalla cuántos se dan de baja ni tras cuánto tiempo.
Presiona aquí para ver testimonios de exdistribuidores de Herbalife.