La evolución del cubano Yasiel Puig

A un año de su arribo a Grandes Ligas, el isleño asegura que comienza a acostumbrarse a la atención que recibe a donde quiera que vaya.

El mexicano Adrián González (izq.) es quien más ha ayudado a Puig en el vestidor del Dodgers.

El mexicano Adrián González (izq.) es quien más ha ayudado a Puig en el vestidor del Dodgers. Crédito: Gustavo Martínez Contreras / EDLP

Nueva York.-Si hay un sueño que a Yasiel Puig le queda por cumplir es que un día todos los cubanos que se destacan en Grandes Ligas esta temporada jueguen en un mismo equipo y quizás representando a su país.

Se nos dieran la oportunidad algún día de jugar juntos todos, estuviéramos muy contentos vestir el mismo uniforme ya que todos nosotros nos conocemos de hace tiempo”, aseguró Puig. “Y nos gustaría jugar en el clásico o en cualquier otro lugar con un equipo que sería muy bueno. Eso es un sueño que tengo”.

Lo más cercano a la realización de ese anhelo ocurre cuando los Dodgers se enfrentan a equipos donde militan otros peloteros cubanos, fechas que son muy importantes para Puig.

“Ahora mismo estoy esperando con mucha alegría la serie contra Chicago (Medias Blancas) porque voy a ver a (José) Abreu y Alexei (Ramírez)”, manifestó. “Me siento muy contento y orgulloso de todos los cubanos que están haciendo muy buen trabajo aquí porque este es un béisbol muy complicado”.

La serie de tres juegos ante el Medias Blancas ocurrirá del 2 al 4 de junio en Los Angeles. Pero mientras esas fechas llegan, el guardabosques de 23 años de edad se dio tiempo en su visita a Nueva York para subir al Empire State, pasar por Times Square, jugar video juegos y ping-pong en el Bajo Manhattan, y hasta enseñarle a los neoyorquinos a festejar arrojando el bat muy a su manera.

“La he pasado muy bien aquí en Nueva York con todos esos muchachos”, dijo Puig, quien a un año de haber llegado a las Mayores muestra una ligera transformación del pelotero que a su llegada al gran circuito confrontaba no sólo a sus rivales sino también a los medios.

“Todavía no me he adaptado a esta gente (periodistas), pero qué le voy a hacer. Tengo que hacer lo mejor porque este año me han considerado más, me han respetado más. Así que tengo que respetarlos a ellos porque me queda tremendo tiempo en Grandes Ligas si dios me lo permite, así que tengo que ser amiguito de ellos”, manifestó el pelotero, un poco en broma y un poco en serio.

Desde su explosiva aparición en Grandes Ligas en junio del año pasado, se comenzó a gestar el mito en torno a Puig debido a que se sabía muy poco de su camino a este país, historia que fue narrada en un artículo que El Diario La Prensa y Los Angeles Magazine publicaron en abril.

El cubano, sin embargo, hace a un lado esto y, como lo ha hecho desde que llegó al Dodgers, opta por no hablar al respecto.

“No le pongo mucha atención a eso. A mí no me preocupa esa parte. Yo solamente vine a jugar béisbol y dar lo mejor que puedo en el terreno”, dijo.

Ha sido un año de mucho aprendizaje para Puig, quien destacó que en su estancia en las Mayores ha recibido mucha ayuda de sus compañeros, especialmente del mexicano Adrián González.

“Adrián me ha ayudado mucho para obtener buenos resultados en el terreno”, aseguró. “Con sus consejos y ayuda he estado preparándome todo este tiempo para no irme con lanzamientos malos, tener buenas decisiones en el plato cuando me enfrento a estos grandes lanzadores”.

Esa ayuda parece estar dando resultado, especialmente cuando se comparan los números está poniendo esta campaña con los que cargó en 2013, su temporada debut en Grandes Ligas.

Tan sólo en los dos primeros juegos de la serie de tres juegos ante el Mets, pegó cuatro hits en siete turnos, con un jonrón y dos impulsadas.

Puig figura entre los primeros lugares de la liga en varios renglones ofensivos: es quinto en bateo (.333), segundo en slugging (.610), séptimo en impulsadas (37) y octavo en jonrones (10), de acuerdo a las estadísticas más recientes.

Lo que no ha cambiado es su efusividad dentro y fuera del terreno de juego, pero eso es algo innato y no se ve que lo vaya a olvidar porque, como él dice, así disfruta jugar a la pelota.

“Solamente juego así porque desde chiquitico he jugado así. Es mi forma de jugar. No lo hago para que ni el pitcher ni el contrario del otro equipo se molesten conmigo”, recalcó. “Solamente juego así porque me siento cómodo jugando así y salgo a dar lo mejor de mí al terreno, a divertirme. Este es un juego de diversión”.

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