El padre Kelly arregla el espíritu y los papeles

Padre James M. Kelly .

Padre James M. Kelly . Crédito: <copyrite>edlp</copyrite><person>joaquin botero< / person>

Nueva York — El padre James M. Kelly es irlandés fanático del fútbol, pero en la próxima Copa Mundo todo indica que su corazón va a estar con Ecuador. Como párroco de la Iglesia de Santa Brígida en Ridgewood, Queens, atiende a una gran feligresía ecuatoriana. Además, como abogado experto en inmigración ha ayudado a tribunas enteras que se presentan en su oficina en el 409 de Linden. Asuntos del espíritu y de los documentos copan su tiempo. En junio dejará sus labores como párroco y será reemplazado por el padre mexicano Jorge Ortiz.

¿Quiénes son sus feligreses?

La mayoría son ecuatorianos, segundo grupo los dominicanos. También mexicanos y hondureños. Los viejos son los puertorriqueños, los originales. Cuando la misa es en inglés viene la primera generación de hispanos: dominicanos y puertorriqueños. Alemanes, italianos y polacos son un grupo pequeño que viene por muchos años.

¿Cómo son los meses finales de su trabajo como líder de esta congregación?

Nos debemos retirar a los 65 y yo tengo 67. Pero la oficina de ayuda a los emigrantes la vamos a pasar al 265 de Wyckoff.

¿No se cansa de tanta gente tocando a su puerta con problemas que no se pueden arreglar?

No. Servimos a emigrantes con todo tipo de problemas, no sólo migratorios. La gente es buena, me gusta hablar, escuchar las historias, algunas veces son muy tristes, pero siempre muy interesantes. Los Estados Unidos sigue siendo el país más generoso con los inmigrantes.

¿Cuáles son las quejas más comunes que escucha?

Está más difícil entrar por la frontera. Cada día viene gente a decir que sus hermanos y sus hijos fueron detenidos. Muchos ecuatorianos tuvieron que dejar España. Los que se hicieron ciudadanos pueden entrar acá fácil, pero luego no pueden ni quieren irse.

¿Qué opina de Barack Obama?

Me gustan sus programas, pero en inmigración no ha podido. No tiene el apoyo de los demás. Pero el problema es muy complicado.

¿A qué edad aprendió a hablar español?

Después de los cuarenta. Lo aprendí por inmersión y con práctica. Yo sabía italiano y siciliano porqué viví allá.

¿Qué hace en sus días libres?

No sé lo que es eso. (Risas) Hace poco fui seis días a mi pequeño pueblo en Irlanda. Me gusta leer cosas de política actual.

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