Plácido Domingo entrega premio a Lee Holdridge

Lee Holdridge recibirá el premio de la Ópera de LA

Plácido Domingo (izq.) le entregará el premio a Lee Holdridge (der.).

Plácido Domingo (izq.) le entregará el premio a Lee Holdridge (der.). Crédito: Jenny Okun

Películas como The Beastmaster,Splash, Old Gringo y Born in East L.A.; series de televisión como Moonlighting; decenas de filmes para TV (uno de los más recientes fue Liz & Dick, con Lindsay Lohan); y, especialmente, óperas y conciertos, como The Prospector, The Magic Dream, Journey to Cordoba, Tanis in America y, hace un año, Dulce Rosa.

Lo que todos estos títulos tienen en común es la melodía de Lee Holdridge, compositor nacido en Haití hace 70 años que mañana recibe el premio Plácido Domingo a una carrera, otorgado por la LA Opera y la organización Hispanics for LA Opera (Hispanos por la Ópera de LA).

Por tal motivo hablamos con Holdridge, de su trabajo, del estado actual de la música y de por qué es tan difícil que los latinos en EEUU se identifiquen con la ópera.

Cine y óperas. Ha hecho de todo. ¿Qué le aporta la música sinfónica a que es distinto al cine y la TV?

Cuando empecé a componer a los 12 o 13 años, pensaba en películas y canciones, pero también en ballet y ópera y música sinfónica. Han formado parte de mi vida desde siempre. Soy un hombre del Renacimiento: puede viajar en todos esos mundos. Es como hablar distintas lenguas y no quiero olvidarme de ninguna.

La Ópera de LA le da el premio. ¿Qué hay en esta ciudad que le aporta una energía distinta a otras en las que ha vivido, como Nueva York?

Cuando vine a Los Ángeles en los [años] 70 —trabajaba para Neil Diamond y otros cantantes—, me pareció que era un lugar donde uno podía hacer lo que quería. Era llegar a un lugar listo para explotar en toda clase de expresiones artísticas. Y eso es lo que ha pasado, con la Filarmónica, la Ópera… Es una ciudad artística del siglo XXI.

Es también muy ecléctica…

Sí, el arte está por todas partes…. Yo soy de los que piensan que las restricciones académicas del siglo XX no son válidas. Antes uno se veía [forzado] a escribir cine, o televisión, o música sinfónica. Ahora haces lo que te da la gana.

Es muy complicado que los latinos en el país vayan a la ópera…

Lo es, lo es. Yo colaboré en Journey to Cordoba y el Concierto para Méndez, que me decepcionó que no contara con el apoyo de la comunidad… No sé cuál es el problema. Ahora Dulce Rosa se está traduciendo en español para México y otros países. No sé si hacerlo en español en LA ayudaría a que la gente viniera. El futuro está en las escuelas. Los programas educativos [de la Ópera de LA] funcionan. Porque los niños, una vez ven una ópera, algo bello, probablemente regresarán.

Antes hablaba de Neil Diamond. Pero ha trabajado también con Barbra Streisand, Diana Ross, John Denver, Roberto Carlos, Whitney Houston…

He tenido tanta suerte. Hice muchos arreglos para ellos y me abrió las puertas del mundo del cine… Con ellos sólo hablas de música: todos son distintos, únicos. No hay dos que tengan la misma personalidad. Uno tiene que encontrar su voz en sus mundos. [Como] Barbra Streisand, que cuando grabó el álbum en el que colaboré con ella en los 80, demostró por qué es la estrella que es. Radiaba electricidad. Lo mismo con John Denver o Neil Diamond. Son fascinantes.

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