Honor a los Borinqueneers

El presidente Obama firmó la ley que concede la Medalla de Oro del Congreso al 65 Regimiento de Infantería de Puerto Rico

María Peña

Corresponsal en Washington DC

Fueron hombres valientes que lucharon en medio de lodazales y tormentas de nieve durante la Guerra de Corea y en otros conflictos bélicos de Estados Unidos. Y el pasado 10 de junio el presidente Barack Obama firmó una ley para que los ‘Borinqueneers’ del 65 Regimiento de Infantería reciban la Medalla de Oro del Congreso.

“La segregación los separó de sus compañeros, pero su valor los hizo legendarios… este es un día de orgullo para los Borinqueneers y sus familias”, dijo Obama durante un acto con los excombatientes sobrevivientes en un edificio anexo de la Casa Blanca.

Obama destacó que los Borinqueneers se han ganado un “lugar sagrado” en la historia de Estados Unidos al resumir su participación en las dos guerras mundiales, en Corea y también en el patrullaje de la zona del Canal de Panamá.

La Medalla de Oro del Congreso, que será diseñada y exhibida por la Institución Smithsonian y será entregada en una ceremonia especial en el Capitolio, es la mayor condecoración civil que concede Estados Unidos y solo un puñado de unidades militares la ha recibido.

El acto contó con una decena de Borinqueneers y sus familiares, funcionarios de la administración, el gobernador puertorriqueño Alejandro García Padilla y líderes demócratas y republicanos del Congreso, entre estos el senador republicano por Florida, Marco Rubio. Florida es uno de los estados que concentra a un gran número de veteranos de guerra en Estados Unidos.

El comisionado residente de Puerto Rico, Pedro Pierluisi, dijo que es “un día que llena de orgullo” a los puertorriqueños, tomando en cuenta que “cerca de 200,000 veteranos boricuas han defendido a este país desde que la isla se convirtió en territorio estadounidense en 1898”.

Ese orgullo por el tardío reconocimiento es compartido por el veterano Ramón Rodríguez, residente del área de Aurora, Illinois: “hemos puesto en alto el nombre de Puerto Rico… nunca olvidaré la hazaña [en Corea] ni a los que quedaron atrás, los que dieron la vida por esta nación, en nombre de Puerto Rico”.

Mientras, Rafael Gómez Hernández, celebró que “finalmente se logró para el regimiento después de tanto trabajo, que no se había logrado por la discriminación contra los puertorriqueños, y estamos muy agradecidos”.

Ondeando las banderas de Estados Unidos y Puerto Rico, un pequeño grupo de activistas puertorriqueños que ayudaron a impulsar el proyecto de ley para el galardón entonó la marcha del Regimiento 65 al ritmo de bomba y plena en el Parque Lafayette, donde los Borinqueneers fueron recibidos como héroes.

Una bailarina palmoteaba el ritmo y bailaba mientras los músicos entonaban el coro de la marcha: “Arriba muchachos, vamos a zarpar, a lejanas tierras vamos a pelear. Por los caminos de la ley y el bien, marcha el regimiento de mi Borinquen”.

El más longevo de los Borinqueneers, Leonardo Martínez, de 95 años, sobrevivió por suerte a un ataque con morteros en 1950.

Ahora, sentado en una silla de ruedas, Martínez alzaba el brazo derecho y lucía una amplia sonrisa.

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