Sarkozy rechaza la imputación por corrupción

El expresidente de Francia rechaza las acusaciones de tráfico de influencias en su contra luego de que un juzgado lo imputara por corrupción

El político galo paso más de 15 horas declarando en calidad de detenido.

El político galo paso más de 15 horas declarando en calidad de detenido. Crédito: EFE

El expresidete francés Nicolás Sarkozy se defiende este miércoles de las acusaciones de tráfico de influencias y encubrimiento en el secreto de instrucción por las que pasó más de 15 horas detenido para luego ser imputado por corrupción activa.

El exmandatario dijo estar profundamente sorprendido por la imputación y afirma que nunca he comentido acto contrario a los principios republicanos.

En una entrevista otorgada a la la cadena “TF1” y a la emisora “Europe 1”, aseguró que “el sindicato de la magistratura tiene la obsesión de destruirme”.

Sarkozy , que gobernó Francia de 2007 a 2012, se convirtió en el primer exmandatario francés en ser detenido por las autoridades que lo acusan de varios delitos entre ellos tráfico de influencias.

El expresidente mandatario ha sido imputado este miércoles por “corrupción activa”, tráfico de influencias y encumbrimiento de la violación del secreto profesional.

En opinión de Sarkozy, que el martes declaró ante la policía judicial y en calidad de detenido, se le colocó bajo detención preventiva con la intención de humillarle, y se está dando una imagen de él que no se ajusta a la verdad.

“Digo a quienes nos escuchan o nos ven que jamás he traicionado su confianza, que jamás he cometido un acto contrario a los principios republicanos o al Estado de Derecho”, aseguró el exmandatario en ese avance.

El político conservador, primer exjefe del Estado francés obligado a prestar testimonio como detenido, subrayó que no pide “ningún privilegio” y que si ha cometido los hechos que se le achacan “asumirá todas las consecuencias”, porque no es un hombre “que escape de mis responsabilidades”.

No obstante, consideró que “la situación es lo suficientemente grave” como para que se pronuncie y diga ante la ciudadanía que en Francia, “el país de los derechos humanos, el del Estado de Derecho”, se está dando actualmente “una instrumentalización política de una parte de la Justicia”.

En esta comparecencia, grabada horas antes de su difusión y de unos veinte minutos de duración, Sarkozy preguntó además si es “normal haber sido escuchado durante tanto tiempo”, y que el contenido de esas escuchas telefónicas haya sido difundido por la prensa.

A través de esas escuchas telefónicas, los investigadores dedujeron que Sarkozy y su letrado recibían de parte de un alto magistrado filtraciones sobre las instrucciones en curso contra el político.

El delito por tráfico de influencias, según el código penal francés, puede acarrear una pena de hasta de 10 años de prisión y $205,000 de multa.

Además, la condena puede suspender algunos derechos civiles.

En el mismo caso, que investiga si Sarkozy y su entorno crearon una red de informadores que les mantenía al tanto de la evolución de los procesos judiciales que amenazan al político conservador, también han sido imputados su abogado, Thierry Herzog, y un alto magistrado del Tribunal de Casación, Gilbert Azibert.

Los tres tuvieron que declarar ante la policía judicial en calidad de detenidos, un estatuto que ofrece la asistencia de un letrado, derecho al que renunció Sarkozy, abogado de profesión.

Los investigadores, que grabaron conversaciones telefónicas de Sarkozy y de algunos de sus ministros más cercanos, sospechan que su abogado recababa información de consejeros del Tribunal Supremo.

Estos le informaban supuestamente de los avances en la investigación sobre presunta la financiación ilegal de la campaña que llevó al Palacio del Elíseo en 2007.

Según esa teoría, el defensor de Sarkozy prometió como contrapartida al magistrado Azibert que el expresidente le ayudaría en su demanda de conseguir un puesto que buscaba en la administración de Mónaco, que nunca obtuvo.

Sin embargo, la defensa del letrado Herzog sostiene que esas escuchas son ilegales por violar el derecho a la confidencialidad entre abogado y cliente y no entran en el contenido de las mismas.

“Thierry Herzog es libre. Sigue siendo el abogado de Nicolas Sarkozy, no le afecta ninguna prohibición”, dijo a la prensa Paul-Albert Iweins, defensor de quien habitualmente ejerce de abogado de Sarkozy y que ahora comparte imputación con el expresidente.

Con información de EFE

Contenido Patrocinado
Enlaces patrocinados por Outbrain