Salva tus ojos de las cataratas

Este padecimiento reduce la visión y puede incluso ocasionar su pérdida.

Las cataratas pueden corregirse, pero también prevenirse.

Las cataratas pueden corregirse, pero también prevenirse. Crédito: Australia-Bali Memorial Eye Centre por Department of Foreign Affairs and Trade, disponible bajo Licencia de Atribución en https://www.flickr.com/photos/dfataustralianaid / 10673504584/

Las cataratas son la causa más frecuente de pérdida o empeoramiento de la visión en adultos de más de 40 años. De acuerdo con la fundación Prevent Blindness America en el mundo existen más casos de cataratas que de glaucoma, degeneración macular y retinopatía diabética juntos.

Las cataratas son una opacidad en el cristalino debido a una acumulación de proteínas dañadas en el ojo, específicamente en la córnea. Esto provoca que la visión de vuelva borrosa, turbia u opaca ya que el daño no permite que la luz pase con facilidad hacia el fondo del ojo.

Esta acumulación de proteínas se produce, por lo general, a lo largo de los años y genera una visión que empeora la calidad de vida, pero que puede prevenirse.

En muchos casos, las causas que provocan las cataratas se desconocen, pero hay factores que pueden acelerar su formación: la diabetes, la inflamación crónica del ojo, las lesiones oculares, antecedentes familiares de cataratas, el uso prolongado de corticosteroides por vía oral, el tabaquismo y demasiada exposición a la luz ultravioleta (luz solar), entre otros factores.

El desarrollo de la enfermedad es lento y sin dolor. La visión también va empeorando de manera paulatina. La opacidad leve del cristalino se produce después de los 60 años y hacia la edad de 75 años, la mayoría de las personas tienen cataratas.

La enfermedad supone una disminución de la visión y en la mayoría de las personas con cataratas el cambio es similar en ambos ojos, aunque uno puede estar peor que el otro.

Entre los problemas más frecuentes se encuentran: sensibilidad al resplandor, visión nublada, difusa o borrosa, dificultad para ver de noche o con luz tenue, visión doble, pérdida de la intensidad de los colores, dificultades para distinguir contornos y ver halos alrededor de las luces.

La mejor prevención es mantener bajo control y cuidado aquellas enfermedades que incrementan el riesgo de padecer cataratas. También es importante evitar la exposición a los factores que promueven su desarrollo: si fumas, es el momento de dejarlo; y cuando estés al aire libre utiliza gafas de sol con protección para rayos ultravioleta (UV).

Para tratar una catarata incipiente, el oftalmólogo puede recomendar un cambio en la prescripción de anteojos, facilitar una mejor iluminación, lentes de aumento y el uso de gafas de sol.

Sin embargo, el único tratamiento efectivo para una catarata es la cirugía para extirparla. Aunque, si la catarata aún no presenta dificultades serias en la visión, la cirugía no es necesaria y puede practicarse cuando el oftalmólogo determine que es apropiado porque el paciente ya no pueda realizar actividades cotidianas como conducir, leer o trabajar en la PC ni siquiera con el uso de gafas.

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