“La Jaula de Oro”: la crisis de menores migrantes en 108′

El estremecedor recorrido de la migración de adolescentes centroamericanos hacia EEUU.

El viaje de los menores que migran hacia EEUU desde Centroamérica es el tema de la película La Jaula de Oro.

El viaje de los menores que migran hacia EEUU desde Centroamérica es el tema de la película La Jaula de Oro. Crédito: jauladeoro.com

Una de las escenas más impactantes de La Jaula de Oro (Diego Quemada-Díez, 2013) es con la que inicia la película: Karen, una adolescente de unos 15 años, se corta el cabello y luego se venda los pequeños senos para que no se noten bajo su camiseta. Debe ocultar que es una chica antes de emprender el camino desde Guatemala hasta Estados Unidos.

En la película, Karen y dos amigos más, menores migrantes como ella, deciden emprender el peligroso camino de cruzar la frontera con México, atravesar ese país a bordo del tren conocido como “la bestia” y llegar a la frontera con EEUU. En la realidad, miles de niños migrantes han realizado la misma travesía, solos, huyendo de la violencia de sus países y en busca de un futuro… No digamos “mejor”, sino de un futuro a secas.

Una vez que inician ese viaje atroz, los niños migrantes se convierten en carne de cañón para las policías, los polleros, bandas del crimen organizado, estafadores, ladrones y demás carroña que se aprovecha de la condición de los pequeños; y esto pasa en la película y en la realidad.

Según datos de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos, entre octubre de 2013 y mayo de 2014 fueron detenidos 47,017 niños y niñas solos en la frontera con México. La cifra rompió récord. El gobierno estadounidense ha deportado ya a algunos de ellos; las opiniones a favor y en contra de las deportaciones tiene a la administración de Barack Obama en una difícil situación que ha manejado “con pinzas”.

Voces expertas en el tema migratorio ya han insistido en la pertinencia de aumentar el número de refugiados que EEUU puede albergar en vista de la magnitud de esta crisis de niños migrantes.

En su multipremiado filme, Diego Quemada-Díez se niega a los eufemismos y muestra con una realidad estremecedora cómo los pequeños arriesgan su integridad y sus vidas en su afán por llegar a tierras estadounidenses. En la película no cabe el final feliz; en la realidad, tampoco existe.

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