Culto a la Santa Muerte sale a la luz en Queens (fotos)

Devotos de la 'niña blanca' incluyen pobres, inmigrantes y gays

Arely González en su santuario se prepara para 'La Celebración de la Santísima Muerte', una actividad a realizarse el próximo 9 de agosto en Queens.

Arely González en su santuario se prepara para 'La Celebración de la Santísima Muerte', una actividad a realizarse el próximo 9 de agosto en Queens. Crédito: <copyrite>Mariela Lombard </copyrite><person>< / person>

En México y en ciudades como Nueva Orleans existen altares públicos en honor a la Santa Muerte, pero en Nueva York los fieles a esta calavera vestida de virgen por ahora se conforman con acudir al altar privado que tiene la mexicana Arely González en su habitación.

La improvisada capilla de adoración, en el vecindario de Corona, tiene unas 80 figuras de la “niña blanca” de diferentes dimensiones. La más grande está coronada y viste un suntuoso traje rojo.

“Los devotos que vuelven a sus países me traen a su Santísima. Es una tradición”, explicó González (36), quien es transgénero.

“Dios es el de los milagros. Aquí las familias vienen a pedirle a la niña blanca favores más terrenales”.

Una ofrenda de tabaco, pan, frutas, tequila y hasta alhajas acompañan peticiones tan mundanas como el fin de una infidelidad.

“Cuando se le venera hay que dar para recibir. Se le ofrece y se le cumple”, dijo González.

Para cada favor hay una Santísima. La vestida con billetes de un dólar garantiza buenos ingresos, a la blanca se acude para sanación, la verde ofrece armonía y la roja el amor. La negra se asocia con aquellos fuera de la ley y las peticiones de venganza.

González, quien se inició en la Santería, pero dice que profesa la fe católica, indicó que mexicanos, centroamericanos y una reducida cifra de españoles son los fieles más asiduos de la niña blanca en la ciudad.


SERIE: “Espiritualidad Latina”

Esta historia es la segunda entrega que aparece el primer domingo de cada mes. Aquí puedes leer la primera entrega: “La Santería como método de sobrevivencia”.

Y espera en septiembre la tercera parte que tocará el tema de las reeligiones precolombinas que reviven en Nueva York.


Pese al estigma de ser venerada por narcotraficantes y criminales, en Nueva York son las familias trabajadoras las que le rinden tributo.

“Aunque mi ofrenda es pobre, ella me da en abundancia”, dijo el salvadoreño Emilio Cedano (34), un fiel creyente, quien dice que basta con ofrecerle una copa de agua para mantener a “la flaca” contenta.

“La muerte no discrimina, es la única justa. Se lleva al rico y al pobre”, dijo el trabajador de la construcción. “Es la santa de los pobres, la que no tiene ojos azules. Se ve más como nosotros”.

González también comentó que para creyentes de la comunidad LGBT la Santísima adquiere una forma masculina o femenina, lo que la convierte en una figura de culto incluyente.

“La niña blanca puede vestirse con aretes y larga cabellera o tener una apariencia más varonil, o ambas. No hay condena. Ella hace favores a todos, sin excepción”, dijo.

Nacida en el seno de una familia católica, González es la pionera de una fiesta que sacó de las sombras la veneración de la “niña blanca” en Queens. Su fe en la Santísima comenzó hace nueve años. “Enfermé terriblemente y enfrentaba una cirugía de riesgo. Le prometí que le haría una gran conmemoración de mantenerme a salvo”, explicó. Lo que inició como una modesta celebración en la sala de su departamento después de sobrevivir a la cirugía, en solo dos años se convirtió en un festejo que anualmente atrae a más de 300 creyentes de los cinco condados y del área metropolitana.

El segundo sábado de agosto los devotos le rezan y cumplen sus promesas por los favores recibidos. La ceremonia, que se realiza en un salón de fiestas en Jamaica, incluye mariachis, rosarios y comida, y es similar a las festividades de los santos de la religión católica.

El mito en algunos pueblos mexicanos de que el canto de un ave nocturna anuncia un deceso prevalece en la representación de la Santa Muerte, por ello el búho es un elemento común en los altares neoyorquinos. También el reloj de arena, que simboliza el inicio y fin de una vida.

El 15 de agosto es el día oficial de veneración a la Santa Muerte en México. En Nueva York, Arely González busca reproducir el fervor masivo con su conmemoración en Queens el segundo sábado de agosto.
Además, la venta de las estatuillas y oraciones a la niña blanca son los artículos más solicitados en las botánicas a lo largo de la Avenida Roosevelt.
Artistas del tatuaje también se benefician de este culto y afirman que en la última década la demanda de tatuajes de la niña blanca es constante.

En la presentación de su libro “Devoted to Death: Santa Muerte, the Skeleton” el año pasado en Nueva York, Andrew Chestnut, profesor de Virginia Commonwealth University, calificó de extraordinario el crecimiento de la devoción en Estados Unidos.

“Plantea un atractivo masivo. Los favores que concede están más lejos de lo divino y más cerca de lo humano”, citó en su charla. “Su culto cabe en la paradoja. La muerte es el fin, pero a ella se le pide sanación y vida. Es una atípica figura femenina con gran influencia”.

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