El problema de la escolaridad

La educación superior debería ser gratuita en Estados Unidos

Cada vez son menos los estudiantes que al momento de graduarse encuentran un empleo para el que creen haberse capacitado.

Cada vez son menos los estudiantes que al momento de graduarse encuentran un empleo para el que creen haberse capacitado. Crédito: Shutterstock

Burbujas

Me hubiera gustado hacer un análisis del segundo informe de gobierno del presidente Peña Nieto de México pero se me han venido encima criticas y comentarios al respecto del mismo por lo que me gustaría ahondar en ellos más adelante. Si embargo quiero destacar ahora dos asuntos que me parecieron importantes para no dejarlos en el tintero.

Uno de ellos, no mencionado en el informe, que genera preguntas y merece análisis, es el tema de los altos salarios y prestaciones de los magistrados, senadores y diputados.

El otro asunto es un señalamiento que me llegó por varios lados en forma de pregunta: ¿por qué prometió el presidente hacer tantas obras importantes hasta ahora que debieron haberse iniciado desde el principio de su mandato? Mientras toda la atención la dedicó a las reformas constitucionales, se dejaron atrás obras publicas que eran muy necesarias y máxime cuando hay una escases de empleo. Los proyectos de reforma no eran obstáculo para la realización de estas obras.

Ahora me gustaría hablar de educación, tanto en los Estados Unidos como en México y Centroamérica.

Hay una gran confusión entre educación y escolaridad y nos hemos acostumbrado a hablar solo de la primera, cuando la segunda es tan o mas importante.

En los Estados Unidos se está presentando cada vez más el fenómeno de que para que los ingresos alcancen, tanto el padre como la madre trabajan, y dejan a sus hijos solos. Esto produce personas que carecen de muchos de los principios y valores que se adquieren en la vida familiar.

Además, como cada niño necesita protección y afecto, con la falta de ambos padres que están trabajando, trata de suplir esas necesidades juntándose con otros niños que están en circunstancias similares, y se corre el riesgo de que termine como miembro de una pandilla donde además tiene el sentimiento de pertenencia, y esta se vuelve su familia.

Si vemos esto desde cierta altura, yo pienso que la descomposición familiar es un problema muy serio y casi toda la criminalidad que existe se origina y es causada por jóvenes que carecieron del apoyo familiar, muchas veces porque sus dos padres trabajaban.

Esto tiene que ver desde luego con dos cosas; 1) la necesidad de tener ingresos que les permitan tener un determinado estándar de vida, y 2) la ambición de cada uno de los padres de sentirse independiente y no sujeto a los ingresos del cónyuge.

En cuanto a la educación formal, un problema en los Estados Unidos es el alto costo de la educación superior que debería ser gratuita o casi gratuita pensando que es una inversión en el futuro del país y no un gasto.

Me ha tocado ver en mi carácter de maestro universitario, el rechazo a ciertos estudiantes por carecer de recursos para pagar su carrera y no cumplir los requisitos para obtener una beca que les permita llevar a cabo sus estudios. Además me he podido dar cuenta que muchos de los estudiantes que tuvieron todas las facultades para entrar a las universidades, no siempre resultan ser los mejores profesionistas. Se quedan pues a la orilla del camino muchos posibles buenos profesionistas.

Independientemente de todo esto, habiendo estupendas universidades en este país, cada vez hay más personas que inician una carrera y no terminan sus estudios.

Entre los que no pudieron estudiar y los que no terminaron sus estudios tenemos entonces personas frustradas que probablemente terminan en actividades diferentes a las que esperaban.

No termina allí el problema; cada vez son menos los estudiantes que al momento de graduarse encuentran un empleo para el que creen haberse capacitado, con la resultante de que muchos de ellos, para sobrevivir, trabajan en cualquier cosa, que no es para lo que se habían preparado en la universidad.

Con respecto a la educación de México y Centroamérica, voy a apoyarme en las cosas que he podido observar aquí, y que en alguna forma son el reflejo de la situación en cada uno de nuestros países.

En el grupo de los inmigrantes, realmente pocos tienen escolaridad, lo que produce un curioso fenómeno:

He asistido a no menos de 10 graduaciones de alumnos de primaria, principalmente latinos, en las que algunos de los padres se sienten muy orgullosos de que sus hijos hayan terminado la primaria y ya no creen en la necesidad de que sigan estudiando, porque sienten que sus hijos han logrado algo que ellos no pudieron alcanzar, pero al hacerlo, los pueden condenar a la mediocridad.

En algunas de esas graduaciones en Houston, tuve oportunidad de hablar en la ceremonia de graduación y les recomendaba a los padres que ya que habían hecho un esfuerzo para que sus hijos terminaran la primaria, hicieran otro para que continuaran con sus estudios y pudieran abrirse un mejor camino en el futuro.

La peor situación se da en el campo en México y Centroamérica porque la mayor parte de los niños tienen que trabajar ayudándoles a los padres para poder sobrevivir. El mandarlos a estudiar le quita a esos hogares unos brazos que necesitan. Todos están de acuerdo en que es indebido, como es indebido no comer, y cuando he aducido la necesidad de una mejoría para ellos en el futuro, en algunos casos he recibido una respuesta terriblemente dramática: nosotros no tenemos futuro.

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