Seis pasos para aprender a consolar

Una situación difícil como el diagnóstico de una enfermedad o la pérdida de un ser querido provocan un profundo dolor emocional. ¿Qué puedes hace para ayudar?

Hay personas que como auténticos alquimistas convierten un desagradable momento en uno propicio para el desahogo, alivio e incluso, un modo de acercarse a la tan ansiada tranquilidad. Parecería que es un don que pocos tienen y que es un misterio cómo logran hacer más llevadera una lamentable experiencia.

Val Walker, autora del libro El arte de consolar, Editorial Vergara, comenta que después de estar presente y escuchar con atención, el segundo consuelo más importante es la empatía, ya que sin importar que nos identifiquemos o no con las creencias, estatus o pasado de una persona, nos hace capaces de sentir el sufrimiento de alguien más, inclusive, cuando su historia de vida es totalmente distinta a la nuestra.

La intensidad con la que una persona viva una angustia o tristeza es un asunto imposible de medir, como tampoco es posible de confrontar con la experiencia personal, por lo que puede ser confuso que sepamos qué hacer cuando estamos frente alguien que atraviesa por esa situación y busca en nosotros el alivio.

“No podemos comparar el sufrimiento, pero sí podemos consolar a alguien con nuestra empatía, así sean niños pequeños con las rodillas raspadas, adolescentes enfermos de amor, viudas descorazonadas o refugiados hambrientos”, afirma la autora.

El diagnóstico de una enfermedad, una promesa rota, una traición o la pérdida de un ser querido pueden ser algunos motivos que hacen que otro más que sufre, busque en nuestra compañía el bálsamo contra su sufrimiento. Val Walker explica que hay algunos elementos que nos pueden ayudar a que esto sea posible:

1. Ser sinceros e íntegros: Cuando realmente sentimos lo que decimos, a veces no tenemos que decir mucho.

2. Tratar con respeto: No presionar, catalogar o manipular, no escuchar con prejuicio y tratar con respeto la situación.

3. Ser pacientes: La gente que sufre o está en crisis no puede concentrarse bien o necesita ayuda, por lo que permitirles ordenen sus pensamientos y escuchar con calma, incluso cuando piensa en voz alta, es muy importante.

4. Ser amables, atentos y considerados: Todas las acciones por pequeñas que sean, significan consuelo por sí mismo.

5. Ser confiables: La persona que sufre necesita saber que en su complicada, incierta y difícil situación, puede contar con nosotros.

6. Tratar el tema con claridad: La gente que cruza algún conflicto o está en crisis, necesita saber de forma puntual qué podemos hacer por ellos y ser firmes en el compromiso.

Cuando entendemos a los otros somos capaces de ubicarnos en su situación y buscar juntos las posibilidades de ayuda. “Aunque parezca obvio, es reconfortante declarar que quienes consuelan tienden a poseer una visión esperanzadora de la humanidad. Creen en la posibilidad de restablecer nuestros espíritus y corazones humanos. A menudo la gente que más consuela ha sufrido su propio montón de ordalías, incluso inhumanas, y ha atravesado todo para amar su vida como el verdadero coraje con todos nosotros”, finaliza Val Walker.

Para leer: El poder de la resiliencia, Robert Brooks y Sam Goldestein, Ediorial Paidós.

Colaboración de Fundación Teletón México

“La empatía: Nos hace vivir el sentir ajeno”

Bojorge@teleton.org.mx

En esta nota

saludmental
Contenido Patrocinado
Enlaces patrocinados por Outbrain