Pablo Escobar: ¿el verdadero culpable de un crimen por el que un británico lleva 28 años en la cárcel?

Por 28 años, un empresario británico ha estado en una cárcel en Miami pagando por un crimen que dice que no cometió. Y parece haber evidencia que apunta a que el narcotraficante más famoso estuvo involucrado.

Durante 28 años, un empresario británico ha estado languideciendo en una cárcel estadounidense pagando una pena por un crimen que asegura que no cometió: un asesinato doble que aparentemente fue ordenado por el narcotraficante más famoso del mundo: Pablo Escobar.

La próxima semana, por primera vez, el caso será revisado. Tim Samuels, de la BBC, lo ha estado siguiendo por más de una década.

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Imagínese la escena: Miami en los años 80, cuando la ciudad estaba inundada con cocaína y tenía el peor índice de asesinato de Estados Unidos.

El 16 de octubre de 1986, una mucama entró en la habitación 1215 del hotel DuPont Plaza en Miami y encontró los cuerpos de dos hombres.

Eran los cadáveres de Derrick y Duane Moo Young, padre e hijo jamaiquinos, de ascendencia china.

Derrick, el padre, había recibido seis disparos; Duane, uno.

Había rastros de sangre en el corredor y en la puerta de la habitación opuesta.

El huésped en esa habitación era un colombiano que fue interrogado durante seis minutos, en lo que la pregunta más fuerte fue “¿se quedó en su cuarto anoche?”.

Unas horas más tarde, la policía de Miami recibió una llamada telefónica de alguien llamado Neville Butler asegurando que había estado con quien los mató: Krishna Maharaj.

Su testimonio fue corroborado con decenas de huellas digitales del acusado encontradas en la habitación.

Esa noche, Maharaj fue arrestado bajo dos cargos de asesinato de primer grado, dos de secuestro y posesión ilegal de un arma de fuego.

Un año más tarde, el jurado en el tribunal del condado de Miami Dade lo declaró culpable y, con una mayoría de 7 a 5, recomendó la pena de muerte.

Lo extraordinario del caso es la cantidad de evidencia que parece indicar que Maharaj es inocente.

Pero ésta jamás ha sido examinada en un tribunal. Juez tras juez han rechazado la idea de permitir que el caso vuelva a la corte.

Por ello, nunca han oído de seis personas que atestiguan que Maharaj estaba en Fort Lauderdale, a 50 kilómetros de la escena del crimen. Ninguna fue llamada al juicio original ni siquiera por los abogados defensores.

Las autoridades del Estado dicen que los asesinatos tuvieron lugar entre 11:00 y las 12:00 en Miami.

Maharaj declaró que esa mañana, después de esperar en vano en la habitación de los Moo Young para una cita con la que no cumplieron, partió a las 10:00 hacia la oficina de un diario del que era copropietario, en Fort Lauderdale.

Y la psicóloga Marianne Cook, quien en ese entonces administraba el edificio de oficinas, le confirmó a la BBC que lo vio dos veces allá.

“No tengo ninguna duda: lo vi a las 11:00 y al mediodía”.

No es la única. Un hombre en un café cercano a la oficina, un agente inmobiliario cuyo despacho estaba en el mismo edificio, el administrador de un restaurante en el que almorzó y otros aseguran haberlo visto ese día, a esas horas, en ese lugar.

El jurado sí oyó el testimonio de Neville Butler, quien declaró que había sido testigo de los asesinatos, pero después no pasó una prueba para la detección de mentiras, cambió su historia varias veces y, según los abogados de Maharaj, desde entonces ha cometido perjurio en seis juicios.

El juez mismo fue arrestado tres días después de que empezó el juicio, por aceptar sobornos ofrecidos por un agente encubierto que se hizo pasar por representante de un cartel de drogas.

El nuevo juez continuó con el caso, a pesar de no haber estado presente cuando se presentó la evidencia clave contra de Maharaj. No hay una explicación clara de por qué los abogados de Maharaj no exigieron que se iniciara un nuevo juicio.

Además, más tarde se reveló que el nuevo juez fue reprendido por haberle solicitado a la fiscalía que preparara la sentencia de pena de muerte antes de que se dictara el veredicto de culpable.

Pero más allá de las dudas que suscita el proceso legal original, han ido apareciendo trozos de la historia en circumstancias y personas sorprendentes.

Uno brotó de una coincidencia extraordinaria.

Un exconvicto pasó un tiempo en la misma prisión que Maharaj y se enteró de su caso.

Después terminó en la misma unidad que un expolicía de Miami, que también conocía el caso de Maharaj.

El exconvicto, que no quiere ser identificado, le dijo a la BBC que entablaron una amistad.

“Le hablé del caso de Maharaj y me dijo que lo conocía porque había estado ahí. Y me dijo que era inocente”.

“Le pregunté cómo sabía. Me dijo que porque escuchó a un oficial de policía hablado de cómo lo iban a incriminar. Le pregunté por qué no había dicho nada”.

¿Le preocupaba traicionar a un excolega o temía por su seguridad?

“Ambos. Le temía más a la policía que a los narcotraficantes”.

Tras meses de luchar con su conciencia, el expolicía finalmente entregó la siguiente declaración:

“Visité la escena del crimen y sé que Maharaj fue incriminado falsamente porque uno de los oficiales a cargo de investigar el asesinato doble me dijo claramente que lo iban a hacer.

Había mucha corrupción en Miami en esa época y la policía era cómplice del cartel de drogas: ayudaba a encubrir los delitos, incluso los homicidios, que cometían.

Tengo la obligación moral de ayudar a liberar a un hombre que fue incriminado y encarcelado durante 26 años (entonces), y pasó varios de ellos condenado a muerte. Podría haber sido ejecutado por algo que no hizo”.

La BBC le ofreció al Departamento de Policía de Miami la oportunidad de responder, pero la rechazaron.

Si hubo policías cómplices, la siguiente pregunta es quién era el colombiano que estaba en la habitación que estaba al frente de la de los Moo Young.

Se trataba de Jaime Vallejo Mejía, quien se describió como un vendedor de seguros de exportación y exportación.

Pero uno de sus asociados de ese entonces tiene una descripción algo distinta de su línea de trabajo.

“Era el mayor recolector y lavador de dinero de la historia de cualquier cartel en Estados Unidos”, le dice a la BBC Baruch Vega.

Vega era un fotógrafo de modas que se mezclaba con Mejía e importantes miembros de los carteles en el Miami de los años 80, mientras le pasaba información sobre ellos a las autoridades federales.

Dice que hablaban abiertamente de que tenían que matar a los Moo Young -a los que llamaban “los chinos”- por estafar a los carteles.

“Era absolutamente claro que murieron por robarle plata a los carteles”.

Y debería haber sido también claro para las autoridades -opina Vega-, pues en esa época tenían a los protagonistas bajo vigilancia y para cuando se llevó a juicio a Maharaj, Mejía ya había sido acusado por sus actividades con los carteles.

Que los Moo Young hubieran sido asesinados por robarle a Pablo Escobar era una posibilidad tal vez más creíble a que un empresario los matara por unas deudas que ya estaba tratando de recuperar por la vía legal.

En Colombia misma ahora se está diciendo que Escobar estuvo detrás del doble asesinato en Miami.

Jhon Jairo Velásquez, alias “Popeye”, solía ser un sicario leal a Pablo Escobar, y ha confesado haber cometido cientos de asesinatos para el cartel.

Nunca había oído de Krishna Maharaj pero sí recuerda quién mató a los Moo Young: un asesino conocido como “el cuchilla”.

“Cuchilla era el asesino más profesional de Pablo Emilio Escobar Gaviria. Porque matar a un norteamericano en suelo norteamericano es delicadísimo. Tiene que ser un asesino profesional”, le dijo a la BBC.

“Después Cuchilla se vuelve mucho más famoso por el asesinato de los señores Moo. Nosotros no hablamos el inglés, pero es muy fácil decir ‘mu’; siempre se oyó del asesinato de los señores Moo, porque estaban robando dinero de Pablo Escobar”.

Además, hay otro antiguo miembro del cartel de Medellín que le asignó las muertes a Pablo Escobar, diciendo que está 100% seguro de que Maharaj no tuvo nada que ver con los asesinatos.

La fiscalía en Miami no quiso discutir el caso de Maharaj pero le dijo a la BBC que la nueva evidencia no es más que rumores infundados y que cuentan con un informante de la cárcel que atestiguará en la audiencia de la próxima semana que el británico confesó haber cometido los asesinatos.

Maharaj lo niega.

Eso es otra cosa que los abogados de la defensa tendrán que rebatir.

“Después de todos estos años, décadas, esta es la primera oportunidad que tenemos de presentar la evidencia de la inocencia”, le dice a la BBC el abogado de Maharaj, Clive Stafford Smith, director de la ONG Reprieve.

“Hemos destruido los argumentos de la fiscalía, no queda nada de eso. Y al mismo tiempo, tenemos una serie de personas dispuestas a decir que fue un asesinato del cartel y que la policía de Miami trabajaba con el cartel… ¿qué más se necesita?”, agrega.

“Pero vivimos en un mundo loco en el sistema legal aquí”, matiza.

Y es que la actitud durante todos estos años ha dado la sensación de que ni las cortes ni los políticos realmente quieren llegar al fondo de este caso: es como un hedor de los 80 que nadie quiere volver a oler.

Con una nueva audiencia, un nuevo juez y más evidencia, ¿cómo se siente el mismo Maharaj?

“Confío en la gracia de Dios para que la verdad sea revelada finalmente. Y que el juez se comporte honorablemente y sea justo”, le dice a la BBC.

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