Los estudiantes desaparecidos de México

México está sufriendo una tragedia nacional, los detalles de la cual hacen que el Día de los Muertos parezca un agradable paseo en el parque. Y para algunos funcionarios mexicanos mantenerse al tanto sobre los truculentos detalles puede ser agotador.

La semana pasada, en un comentario espontáneo que se propagó como un reguero de pólvora en los medios sociales, el procurador general, Jesús Murillo Karam, dijo a reporteros que estaba agotado por las incesantes preguntas sobre el secuestro y aparente masacre de 43 estudiantes de pedagogía.

“Ya me cansé”, dijo Murillo a los periodistas, indicando que ya estaba harto. La pregunta es si México también se ha cansado de tanto caos y tantos asesinatos.

El comentario de Murillo se interpretó como falto de sensibilidad, y lo hizo parecer desconectado del clima actual en el país. Y sin embargo, durante una entrevistas de televisión unos días más tarde, afirmó que no se lamentaba de las palabras que había utilizado. “Estaba cansado y ésa es la verdad,” dijo.

Pues aquí van otras verdades: Murillo, como el presidente Enrique Peña Nieto, pertenece al partido Revolucionario Institucional (PRI). Históricamente, el PRI ha tenido mucha sangre en sus manos. En las décadas de 1960 y 1970, por lo menos 2,000 personas desaparecieron tras un choque con fuerzas del gobierno y nunca se volvió a verlas.

El pueblo mexicano lo sabe perfectamente, por eso está saliendo a la calle y tratando de irrumpir en el palacio presidencial. Por eso está exigiendo que Peña Nieto renuncie inmediatamente.

Hubo una leve transformación, que tuvo como intención engañar a los mexicanos para que pensaran que la época de Peña Nieto sería diferente.

Los 43 estudiantes desaparecieron el 26 de septiembre, tras enfrentarse con la policía. Más de cuatro docenas de personas fueron arrestadas en el caso, entre ellas, oficiales de policía del pequeño pueblo de Iguala. Los fiscales mexicanos creen que fue allí donde llamaron la atención del alcalde José Luis Abarca y su esposa, María de los Ángeles Pineda Villa, ambos ahora detenidos.

También fueron detenidos tres miembros de una banda Guerreros Unidos quienes confesaron haber matado a los estudiantes y quemado sus cuerpos.

Y pensar que, no hace mucho tiempo, bajo el presidente, Felipe Calderón del Partido de Acción Nacional, el gobierno libraba una guerra contra los carteles de los narcotraficantes.

Observa bien esos cuerpos carbonizados, México. Es lo que sucede cuando el gobierno pasa de luchar contra el diablo a ser su socio

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