Cuatro pasos para resolver conflictos familiares

Con Thanksgiving comienza la temporada de reuniones familiares por excelencia. No dejes que las situaciones incómodas empañen la celebración: resuélvelas

Aprovecha las próximas reuniones familiares para resolver conflictos.

Aprovecha las próximas reuniones familiares para resolver conflictos. Crédito: Shutterstock

Estamos por iniciar una temporada, la de fiestas de fin de año, en la que la naturaleza de los sentimientos y las emociones se polarizan: por un lado es la alegría e ilusión de reencontrarse con seres queridos, de compartir y descansar, pero por otro lado también se traduce en revivir rencores, malos entendidos y experimentar tristeza por las personas que por una u otra razón están ausentes y lo que debería ser un motivo de celebración se convierte en un víacrucis para quienes tienen que convivir en un contexto como éste.

Pero para evitar que este año la historia se repita, vale la pena entender cómo influye el factor psicológico y la manera en que impacta en los comportamientos que dominan en la temporada, para que así podamos recurrir a algunas medidas que contribuyan a hacer de estas fechas algo diferente.

Hans Olvera, investigador de la Universidad Iberoamericana, afirma que esta temporada “es una representación social muy importante que envía un primer mensaje de que se trata de un motivo de celebración y reunión familiar, no obstante dicho significado no es captado por la mente, que lo único que considera es que en estas ceremonias se presentan las personas con las que se ha tenido algún conflicto y que muchas veces por el mecanismo de represión no ha podido desahogarse y hace que las diferencias que en su momento no se solucionaron, afloren de nuevo. Por eso para algunas personas estas fechas pueden representar un evento en el que despiertan los problemas reprimidos”.

Y este malestar se manifiesta en todas las formas de violencia posible, tanto pasiva como activa y que se traduce en hechos como dejar de invitar a alguien a una reunión, indiferencia, intolerancia, lanzar indirectas o sarcasmos, hasta las más extremas como ocupar la reunión para hacer reclamos y chantajear con ciertas situaciones, que convierten la reunión en un verdadero infierno, tanto para los involucrados como para quienes simplemente fungen como testigos.

Otro tipo de eventos poco agradables que pueden presentarse durante las fiestas invernales es el hecho de recordar de una manera triste y negativa a quienes están ausentes debido a que murieron o por que decidieron poner distancia.

Al respecto Hans Olvera señala que hay que tener claro que recordarlos es sano siempre y cuando se trate de una evocación afortunada, por ejemplo, si se recuerdan experiencias vividas con ellos, sus gustos o alguna anécdota que refresque la reunión, incluso es válido reservar un lugar para ellos. Pero es completamente negativo y se debe evitar cuando todo se convierte en llanto, tristeza o se aprovecha la ocasión para hablar mal o recriminar al ausente.

Una evocación negativa se identifica de forma sencilla y se manifiesta cuando sentimos ansiedad, malestar o desgano por darle vida a las fiestas, también es común que expresemos abiertamente el deseo de no ver a nadie e inventar pretextos para no asistir a ciertos eventos.

Pero huir no es la solución, lo indicado -dice el experto-, es enfrentar y llegar a acuerdos, para lo que aconseja seguir estos pasos:

Hablar previamente con esas personas con las que inevitablemente nos encontraremos y con quienes tenemos algún conflicto, con el objetivo de arreglarlo de manera definitiva.

• Hay que recordar que no se trata de buscar una solución pasajera, pues de ser así, la posibilidad de que la diferencia se revive en cualquier momento, está latente.

• Si nada de esto llega a ocurrir, lo indicado es preparar un mensaje antes de la reunión con el fin de invitar a todos los asistentes a guardar las formas y permitir que todo transcurra con tranquilidad para no pervertir las fiestas y convertirlas en un espacio de violencia.

• Si la experiencia es por demás desagradable, es perfectamente válido y saludable evitarla, siempre que no optemos por dejar guardado el problema hasta el siguiente año; lo sano es resolverlo.

La naturaleza de estas fiestas es promover la unión familiar y un momento para reflexionar acerca de nuestros logros, no solamente en el plano profesional sino en el interior, lo cual nos exige hacer un balance de resultados y de pendientes por trabajar. Éste puede ser un buen periodo para sanar las relaciones y transformar el fin de año en un verdadero motivo de celebración.

Para ver: Four Christmases, dirige Seth Gordon, Estados Unidos, 2008.

Colaboración de Fundación Teletón México

“La empatía: Nos hace vivir el sentir ajeno”

Bojorge@teleton.org.mx

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