Feligreses latinos desafían a la Arquidiócesis de NYC

Parroquianos de la iglesia San Roque en El Bronx lucharán para evitar que sea cerrada en el proceso de reestructuración

La iglesia de San Roque, en el sur de El Bronx, no tiene problemas para llenar sus bancas de feligreses.

La iglesia de San Roque, en el sur de El Bronx, no tiene problemas para llenar sus bancas de feligreses. Crédito: Zaira Cortés / El Diario

Nueva York — Fieles de la iglesia de San Roque, en el sur de El Bronx, no acatarán la decisión de la Arquidiócesis de Nueva York de fusionar la parroquia y planean una ofensiva que incluye una cadena humana alrededor del edificio de 82 años, el envió de cientos de cartas al Vaticano y la apelación de una especialista en derecho canónico.

Ante la realidad de que los sacerdotes encaran dificultades para llenar las bancas en las misas dominicales, la Arquidiócesis anunció el mes pasado la fusión de más de un centenar de parroquias del estado y el cierre de 30 iglesias para hacer frente a la crisis. Sin embargo, devotos hispanos aseguran que la drástica reestructuración sólo agravará la pérdida de fieles.

El 99% de la congregación de la iglesia de San Roque son mexicanos, puertorriqueños y centroamericanos. La mayoría son ancianos y muchos están deshabilitados. La Arquidiócesis ordenó que la histórica parroquia se fusione con la iglesia de San Anselmo, pero los residentes del Condado de la Salsa están dispuestos a dar la batalla y defender su templo que fue fundado en 1932.


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La puertorriqueña Aida Berrios, con más de 49 años acudiendo a San Roque, está convocando a fieles y residentes del área a escribir cartas notariadas que a finales de diciembre se enviarán al Vaticano. “Hemos recibido decenas de cartas, incluso de familias que se mudaron a estados como Florida y Puerto Rico”, dijo. “Nuestros 150 niños del catecismo no quieren dejar su iglesia y con el apoyo de sus papás también escribirán al Papa”.

Berrios aseguró que las finanzas de San Roque son sanas y calificó de errática la decisión de la Arquidiócesis.

“La feligresía mantiene la iglesia, no dependemos económicamente de la Arquidiócesis”, sentenció. “Las misas de domingo están llenas, el cierre no se justifica”.

“Si es necesario protestaremos en la visita del Papa Francisco el año entrante”, dijo la mexicana Jeannette Guzmán, maestra de catequesis.

Virginia González, una fiel de San Roque por más de 50 años, recordó que al llegar de Puerto Rico la totalidad de la parroquia era italiana y los primeros feligreses hispanos enfrentaron segregación. Pronto la congregación puertorriqueña creció y demandó un sacerdote latino, llegando el primero en 1972.

“Ustedes busquen a su padre latino, esa fue la respuesta. Los fieles siempre hemos sido el pilar de esta iglesia, no la Arquidiócesis”, destacó González. “No nos consultaron para fusionar San Roque, el cardenal no visita el sur de El Bronx. Cómo él puede saber nuestras necesidades”.

González está organizando vigilias y planea una cadena humana para finales de diciembre que rodeará la iglesia en voz de protesta.

“En San Roque conocí a mi esposo, me casé y bauticé a mis hijos, y a su vez ellos se casaron y bautizaron a sus hijos. Mis nietos vienen a catecismo. Es nuestra casa”, explicó. “Si hablamos de una iglesia con total sentido hispano, es esta. El Papa pide a las parroquias acoger a sus fieles y llamar a los que se fueron, pero en Nueva York las iglesias cierran”.

Además de solicitar el apoyo de sus concejales, los fieles de San Roque son asesorados por la hermana Kate Kuenstler, especialista en derecho canónico que apeló exitosamente al Vaticano el cierre de iglesias en Cleveland, Ohio.

Los parroquianos extendieron su campaña a las redes sociales y se espera que en breve convoquen a una conferencia de prensa. De concretarse el decreto de la Arquidiócesis, la transición para fusionar San Roque iniciaría en enero y cerrería en agosto, pero los feligreses aseguran que mantendrán una firme lucha para evitar el proceso.

“Este momento de transición en la historia de la Arquidiócesis, sin duda, será difícil para las personas de las parroquias que se fusionarán. Habrá muchos que estarán heridos y molestos a medida que experimenten el cambio en su vida espiritual”, dijo la Arquidiócesis en un comunicado de prensa.

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