Marlen Esparza recibe el 2015 en el ring y con más sueños
La histórica púgil latina de Estados Unidos, ya tiene la mira puesta en Río 2016
Marlen Esparza recibe el año 2015 en el lugar que más quiere, el ring de boxeo, con la lección más importante de su vida aprendida en 2014: no depender de nadie, sólo de ella misma.
También lo hace acariciando el triunfo más grande de su carrera boxística de 14 años: la medalla de oro en el campeonato mundial. Y con una meta, no tener días mediocres, y en cambio, peleas perfectas.
“Ahora sé que soy la mejor del mundo en mi peso de 51 kg. Gané la medalla de oro enferma con infección respiratoria, sin poder mostrar mi mejor boxeo en cinco peleas en diez días y sin haber tenido entrenador por casi seis meses”, revela Esparza, de 25 años de edad, el día después de Navidad desde Colorado Springs, en donde se prepara sola para competir en el campeonato nacional en enero. El 5 de este mes viajará a Nueva York para buscar compañeras de guanteo y seguir entrenando.
Para la boxeadora de Houston no hay descanso. Al final de enero, en Spokane, Washington, defenderá su corona como la mejor de los Estados Unidos y si conserva su cetro, vendrá el clasificatorio para los Juegos Panamericanos de verano en Canadá, y hacer puntos para representar a su país en los Juegos Olímpicos de 2016.
“Será un año intenso pero ahora sé que lo que no necesito es un entrenador las 24 horas diciéndome qué comer, cómo entrenar, qué ejercicios hacer, etc.”, aseguró Esparza, quien acredita las lecciones aprendidas a cada uno de los tres entrenadores que ha tenido.
Rudy Silva, el primero, le enseñó a boxear y le acompañó por 12 años en sus triunfos y derrotas. Brian Schwartz, después de los Juegos Olímpicos, le mostró como ser más explosiva y fuerte en su boxeo. Y el último, el condecorado entrenador cubano Pedro Roque, le recordó volver a los movimientos básicos del boxeo y le fortaleció mentalmente en que el oro es la meta.
Esparza es la boxeadora estadounidense más galardonada de la historia, y orgullosamente latina. Bronce olímpico, oro mundial, cuatro veces campeona continental y nueve veces campeona nacional, además de ser la más mediática y con más patrocinadores; tiene en sus cuentas de Twitter más de 45 mil seguidores y en Instagram más de 5 mil.
Pero Esparza sabe que el boxeo es un deporte solitario y lo ha vivido así por 14 años. Además, ella lo considera su mejor amigo.
“A veces nos molestamos, sobre todo cuando pierdo, y discutimos. Pero luego, como mejores amigos, nos contentamos y seguimos nuestra relación”, dice sobre el boxeo la joven peleadora, quien toma clases a distancia en negocios y se piensa recibir con una licenciatura en administración de empresas con énfasis en computadoras.
De los 12 meses de 2014, pasó nueve fuera en campeonatos y en campos de entrenamiento. “Tienes que ser la número uno, sino te quedas sentada esperando conseguir peleas locales”.
Por ello y hasta que se retire del boxeo, que podría ser después de los Olímpicos del 2016, entrenará todos los días y hará todo lo que le permita estar en óptima condición física.
Pero lo más importante, dice, es hacer lo que Marlen quiere y sabe que es bueno para ella. No sólo para los demás.
“Duré muchos años com placiendo a todos, mi papá, quien ha sido mi más grande apoyo en el boxeo, mis entrenadores, mi familia. Ahora escucho mi voz interior y hago lo que esté bien para mí”, comparte esta histórica del ring.
Y admite: “Si pierdo, perdí por Marlén”.