Derechos y justicia, a todos por Igual

No podemos postergar la lucha para derechos plenos para todos hasta que se nos permita votar

En cuestión de meses, empieza DAPA y la extensión de DACA, programas que permitirán a padres y madres de niños que son ciudadanos estadounidenses, además de más personas que llegaron cuando eran menores, solicitar y recibir aplazamientos y permisos de trabajar. Como nuestras iglesias y organizaciones comunales se preparan para ayudar con estas solicitudes para potencialmente cinco millones de personas, tenemos que seguir luchando a favor de los que no están cubiertos por estas órdenes ejecutivas del presidente. También debemos tomar la parte de aquellas familias que ya han sido separadas por las deportaciones injustas del último decenio.

No es novedoso el hecho que tenemos que seguir luchando en contra de las deportaciones injustas. Pero creo que hay algo que no estamos tomando en cuenta: Derechos iguales para todos. Desde Sudáfrica a América Latina y Mississippi, los pueblos del mundo siempre han incluido en sus reivindicaciones la lucha a favor de los derechos, basándose en el principio de “una persona, un voto”.

Aun si la versión de una reforma de las leyes de inmigración que se aprobó en el Senado fuera aprobado completamente esta primavera, cosa bastante improbable, millones en nuestra comunidad no tendrían el derecho al sufragio en un plazo de 15 a 20 años. No podemos postergar la lucha para derechos plenos para todos hasta que esto suceda.

Derechos iguales significa que las fuerzas de la ley nos traten con dignidad y respeto. Derechos iguales incluye un trato equitativo en el trabajo. Significa también que los abogados, compañías de seguro y comercios fraudulentos no nos abusen. Hay quienes que siguen con la idea de que, por la razón de que no tenemos papeles, pueden hacer lo que les da la gana con nosotros y no tenemos ninguna manera de defendernos, pues no gozamos de los mismos derechos de la otra gente.

Un abogado nos cobra miles de dólares para llenar un expediente sencillo para DACA. Un dueño de una casa encuentra que su póliza de seguros no cubre daños de incendios. Pagos injustos agotan los recursos de una familia. A los obreros no les dan el pago prometido para su trabajo. Es una lista bastante larga. La exclusión de Obamacare pone a las familias a merced de médicos poco escrupulosos. Y nuestros jóvenes se encuentran amenazados por el mismo sistema de justicia criminal que encarcela más personas que en cualquier otro país en el mundo. La diferencia es que a los indocumentados los encarcelen y luego los deportan también.

Durante los 20 años que vienen tenemos que enfocarnos al mismo tiempo a la reforma migratoria y en los derechos de la gente. Debemos haber aprendido de los años y años de la lucha de los inmigrantes que la unidad de la comunidad latina es nuestra arma más importante. Para poder luchar a favor de la expansión de nuestros derechos, nuestra comunidad necesita crear organizaciones de base en las cuales ser miembro no depende del tipo de papeles que tenemos.

Las organizaciones comunales de base necesitan llenar el vacío dejado por las organizaciones con fondos del gobierno y las coaliciones de organizaciones organizadas en una forma vertical. Membrecía en los sindicatos laborales, por ejemplo, todavía incluye decisiones basadas en el concepto de “una persona, un voto” no importa el estatus migratorio de la persona. El hecho de que 4 ó 5 personas reciban permisos de trabajar debe significar que millones de ellas podrán afiliarse con los sindicatos sin temer represalias. Entre los indocumentados tenemos muchos pequeños negocios en nuestra comunidad pero necesitamos que las asociaciones de pequeños negocios abran su membrecía a más de ellos. Organizaciones masivas de base, sindicatos y asociaciones de pequeños negocios deben prestar atención a las injusticias que se cometen en contra de los indocumentados. Nuestras iglesias, también, deben abogar a favor de derechos iguales y justicia.

Nuestros medios de comunicación latinos han sido un factor importante en nuestra lucha en contra de la deportación y separación de familias. Empezando este año y en las décadas que vienen, vamos a necesitar que esta poderosa voz de la comunidad preste su atención a las muchos chantajes que se cometen en contra de nuestra comunidad y el trato injusto a nuestros trabajadores y pequeños comerciantes.

Nuestro movimiento ha tenido un solo enfoque y hemos estado listos para la lucha. La lucha en favor de derechos iguales para todos requerirá organización más fuerte, pero a nosotros no hará más fuertes también

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