Lucha por salarios dignos enmarca celebración del Día de la Mujer en NYC

Las féminas lamentaron el lento progreso en paridad salarial

Decenas de mujeres protestaron frente a Costco demandando que se ponga fin al "overtime" obligatorio.

Decenas de mujeres protestaron frente a Costco demandando que se ponga fin al "overtime" obligatorio. Crédito: SUMINISTRADA

@Zaira_Reporter

El incendio en la fábrica neoyorquina de camisas Triangle Waist en marzo de 1911, en el que murieron 140 féminas, definió el Día Internacional de la Mujer Trabajadora. A más de cien años, la pugna por condiciones dignas y seguras de trabajo sigue viva.

La tarde de ayer, la dominicana Flavia Cabral (51) conmemoró el Día Internacional de la Mujer alzando los puños y la voz frente al McDonald’s en el que trabaja hace un año, en el 1651 de la Avenida Broadway. La residente de El Bronx demandó un salario digno y freno a la discriminación por género.

“La diferencia salarial es notoria entre hombres y mujeres. Los varones ganan más por el mismo trabajo que nosotras realizamos”, sentenció.

Cabral gana $8.75 la hora, pero sólo trabaja unas 20 horas a la semana. Los $162 que gana ni siquiera cubren los gastos más básicos, incluyendo una renta de mil y los servicios de electricidad, gas y teléfono.

“Las madres trabajadoras seguimos enfrentando sueldo bajos. Es una vergüenza que no ganemos lo suficiente para pagarle la universidad a nuestros hijos”.

La enérgica pugna de las trabajadoras frente a la franquicia de comida rápida en Manhattan, también hizo eco en Brooklyn. Decenas de féminas se congregaron frente al Costco en 976 de la Tercera Avenida, para demandar nuevamente que se abstenga de comercializar productos fabricados a expensas de la explotación.

Unas 40 empleadas latinas y asiáticas de la fábrica de plásticos Pactiv Corporation, subsidiaria de Reynolds Group, fueron despedidas en 2011 luego de exigir su derecho a la sindicalización.

“Ni siquiera podíamos ir al baño. Nos obligaban a trabajar en temperaturas que alcanzaban los 100 grados Fahrenheit”, dijo la peruana Jenny Reyes (49), una de las despedidas. “Estábamos siendo explotadas y nos echaron cuando exigimos nuestros derechos fundamentales”.

El verano pasado, las féminas también protestaron frente a la tienda apelando a su responsabilidad social. Ante la falta de respaldo, las trabajadoras volvieron a manifestarse

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