Angelina Jolie sigue su batalla contra el cáncer

La famosa actriz se sometió a una cirugía de extirpación de ovarios, al igual que lo hizo con sus senos hace dos años, para evitar esta enfermedad

Angelina Jolie volvió a sorprender al mundo esta semana con una valiente decisión que, según los expertos, puede servir de ejemplo para otras mujeres.

La conocida estrella de Hollywood se sometió la semana pasada a una intervención quirúrgica para removerle los ovarios y las trompas de falopio, con el fin de prevenir el desarrollo de cáncer de ovarios, una enfermedad que mató a su madre, a su abuela y una tía.

El anuncio lo hizo la misma Jolie, de 39 años, mediante una columna de opinión publicada por The New York Times, en la que explica que tomó la drástica medida luego de conocer que estaba en riesgo de desarrollar cáncer de ovarios, tras una prueba que mide la proteína CA-125 en la sangre.

Aunque la prueba como tal salió normal, el médico le informó que habían encontrado varias zonas con inflamación elevada en el tejido de los ovarios, que en su conjunto podrían ser una señal de cáncer en etapa temprana.

Esto, aunado a la historia de este tipo de cáncer en familiares tan cercanos como su madre, que murió a los 56 años por este mal, hicieron que Jolie tomara la decisión de someterse a una laparoscopia bilateral para removerse los ovarios.

No es la primera vez que la famosa actriz se enfrenta al fantasma del cáncer. Hace dos años, fue sometida a una doble mastectomía -extirpación de ambos senos-, para evitar el desarrollo de cáncer de mama debido a que es portadora de la mutación genética BRACA1, que la ponía en un 87% de riesgo de sufrir esa enfermedad.

“No es posible eliminar todos los riesgos, y el hecho es que yo sigo propensa al cáncer”, dijo en su columna la actriz que actualmente se está sometiendo a un tratamiento de reemplazo hormonal.

A diferencia de los tumores en el seno que se pueden palpar fácilmente, los del ovario son muy difíciles de diagnosticar por su localización y porque en las fases iniciares, apenas dan síntomas.

Entre las señales que enumeran los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC), se encuentran: estreñimiento, hinchazón del estómago, dolor en el área pélvica, sangrado al ir al baño y frecuencia urinaria, entre otras.

El problema es que estos síntomas se pueden confundir con otros males comunes que no son serios o peligrosos. Pero, por lo general, cuando se presentan estos síntomas y los mismos duran largo tiempo, el cáncer ya podría estar en una etapa muy avanzada. Por ello, se aconseja a las mujeres que si presentan alguno de esos síntomas que llamen a su doctor para que se realicen pruebas cuanto antes. Básicamente, la única forma de detectar cáncer en los ovarios es a través de una biopsia o una cirugía.

El examen se sugiere principalmente para las mujeres de edad avanzada, que ya han pasado por la menopausia, y para aquellas que han tenido historia familiar de cáncer de ovario y de seno como el caso de Jolie. Ellas deben acudir con un médico para realizarse un chequeo y detectar cualquier anormalidad.

Si el cáncer de ovarios se descubre temprano, la tasa de supervivencia de la mujer es de un 95%. Según la Sociedad Americana contra el Cáncer, unas 21,290 mujeres recibirán un diagnóstico de cáncer de ovario este año y se estima que 14,180 morirán por la enfermedad.

Además del factor genético, el riesgo de padecer cáncer de ovario aumenta con la edad. La mitad de todos los casos se encuentran en mujeres de 63 años o más, después que ya han pasado por la menopausia.

Por otra parte, varios estudios sugieren que existe relación entre la obesidad y el cáncer de ovario. También se han encontrado riesgos entre las mujeres que usan algunos medicamentos para la fertilidad y estrógenos después de la menopausia.

Hasta la fecha, no se ha encontrado un tratamiento para prevenir el cáncer de ovario. Sin embargo, se sabe que el riesgo disminuye en las mujeres que han tenido embarazos completos, las que han dado lactancia y las que han usado píldoras anticonceptivas por varios meses o años. La ligadura tubárica (amarrar los conductos) y una histerectomía (extirpación del útero sin remover los ovarios) también parece reducir el riesgo de cáncer de ovario alrededor de un tercio.

También estudios de mujeres que siguieron una alimentación baja en grasa durante al menos 4 años mostraron un menor riesgo de cáncer de ovario, especialmente las que consumen muchos vegetales.

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