Bracero, un guerrero en la vida y en el ring

Un ex convicto de Brooklyn retoma el buen camino y da la lucha por rescatar su carrera

Gabriel Bracero piensa que Dios le ha dado una segunda oportunidad. Y no piensa dejarla pasar.
“El boxeo ha salvado mi vida.  Le doy gracias a Dios”, dijo ‘Tito’ Bracero (23-1, 4 KOs) luego de un entrenamiento en el Gleason’s Gym de Brooklyn, para su pelea con el dominicano Félix Díaz (16-0, 8 KOs) el 11 de abril.
 “Dios me dio un segundo chance en mi vida”, agregó ‘Gabe’, de Brooklyn, hijo de padres puertorriqueños. Se refiere a la segunda etapa en su carrera profesional.
“Siempre ha sido mi sueño ser campeón del mundo”, confesó. El otro ha sido apoyar a su familia porque desde niño sabía que  la situación económica en su hogar no era de la mejor.
“Mis padres estaban luchando, no había tanto dinero. Yo le pedía a mi familia 25-50 centavos y no lo tenían”, contó.
‘Tito’ Bracero, el cuarto de cinco hijos, vio en el boxeo la tabla de salvación. Empezó en el deporte a los nueve años, llevado  por su papá  Hilergio, quien por la década de los 70 compitió en ‘Guantes de Oro’, pero abandonó el pugilismo por la oposición de su familia.
“Por ser agresivo, le llevé al gimnasio, pensé que podría calmarlo”, dijo don Hilergio sobre ‘Gabe’. “Ví cualidades para ser boxeador”.
Y no se equivocó. A los 11 años, Gabriel ganó el campeonato Junior Olímpico. En 1998, con 17 años, conquistó su primer título de Guantes de Oro en la división de las 139 libras; el siguiente año repitió como campeón.
En este instante de su vida aparece Tommy Gallagher, quien hasta hoy es el entrenador y manejador del púgil de Sunset Park, Brooklyn.
Con récord profesional de 5-0, todo apuntaba a que Gabriel un día se coronaría campeón mundial. Esa carrera promisoria se vio truncada en julio de 2003 al ser arrestado en Sunset Park, el barrio donde nació y creció, tras balear a un vendedor de drogas al que había robado. Pasó seis años en prisión tras declararse culpable a los cargos de intento de asesinato, asalto agravado y posesión de un arma.
“Era muy joven para entender”, señaló Bracero. “Cuando estaba en el boxeo, estaba positivo, o si no me pasaba en la calle peleando y metiéndome en problemas, ‘hangeando’ con malas amistades  y caí preso”.
Amarga lección
“Le puse mucho dolor a mi familia, a mi esposa, mis hijos, mis padres sufrieron cuando yo estaba en la cárcel”, dijo sin poder contener las lágrimas.
“Yo tengo cinco hijos”, continuó. “Cuando caí preso, cuatro estaban nacidos y mi esposa estaba embarazada con el quinto… Los primeros años, los más importantes de su vida los perdí, seis años, los años más preciosos los perdí”, se lamentó.
En la cárcel vio que sus amigos Luis Collazo y Paulie Malignagi, con quienes entrenaba, se coronaban campeones mundiales.
Bracero espera que su historia sea un mensaje para los niños y jóvenes que pueden estar involucrados en pandillas o ven la calle como su hogar. “No hay amistades en la calle”, resumió.
“Con Dios y teniendo fe, pude cambiar mi vida. Yo quiero ser un ejemplo, enseñarles que después que trabajas duro, que luchas, que tengas fe en tí mismo y en Dios, que todo es posible”.
Un ángel a su lado
Aparte de sus padres, Gabriel agradece haber tenido a su lado a Gallagher. “El siempre creyó en mí, más que yo mismo”, señaló. “Cuando estaba en cárcel siempre se comunicaba conmigo, me decía ‘no te apures, cuando tu salgas vamos a buscar peleas, te voy a hacer campeón del mundo’. Ese era mi sueño pero no estaba confiado”, dijo Bracero.
“Pensé que si podía hacerlo creer en sí mismo podría tener un campeón mundial”, dijo Gallagher.  “No hay nada que detendrá que este muchacho se convierta en campeón”. Eso puede darse si gana a Díaz, como parte de la cartelera que protagonizarán Danny García y Lamont Peterson.
Mirando al futuro
Aunque no peleó en 2014, Bracero dice que está listo desde el año pasado, porque siempre está en el gimnasio.
“En este año yo he madurado y he cambiado muchísimo como boxeador”, de forma que cuando suba al cuadrilátero se verá a un ‘Tito’ Bracero diferente.
Tampoco le preocupa que Díaz llega a la pelea invicto y  con el orgullo de haber dado a República Dominicana la única presea de oro olímpica. “Cuando yo le gane a él es como que yo me estoy ganando una medalla de oro”, manifestó. “Yo voy a ganar esa medalla para la gente de Puerto Rico y de Sunset Park, Brooklyn”.
En su último combate, el 9 de noviembre de 2013, Bracero ganó a Dmitriy Salita por decisión unánime en el Aviator Complex de Marine Park, Brooklyn.
“Es una pelea bastante fuerte”, dijo su papá Hilergio. “Díaz es un medallista olímpico, un contrincante fuerte, peleador, está invicto, pero Gabriel es guapo, puede coger golpes, la gente cree que no pega, pero pega… es muy rápido, se adapta a los estilos. Yo creo que vamos a salir con la mano arriba”.
CITA DE BRACERO:
“Ahora entiendo que Dios tenía un plan para mí.  Gracias a todos mis errores, me he hecho el hombre que soy hoy”.
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