Religiosos amenazan con dejar de servir a inmigrantes
Se niegan a ofrecer anticonceptivos y abortos a las adolescentes en sus albergues para refugiados
Conferencia de Obispos Católicos de EEUU, el principal contratista del gobierno federal que alberga a menores inmigrantes no acompañados, advierte que dejará de proveer este servicio si le obligan a dar prestaciones anticonceptivas, incluyendo el aborto a las adolescentes embarazadas.
El nuevo plan de regulaciones para contratistas federales que toman bajo su protección a los menores inmigrantes no acompañados, obliga a través de la Ley de Eliminación de Violaciones en Prisión (PREA) que éstos provean a las víctimas de abuso sexual “acceso libre a tratamiento médico de emergencia, servicios de intervención de crisis, contracepción de emergencia”.
En respuesta la Conferencia de Obispos Católicos de EEUU (USCCB), que a través de su organización Caridades Católicas, da refugio a los menores indocumentados no acompañados, indicó que el proveer información sobre contraceptivos o abortos, incluso referir o buscar esos servicios, viola su libertad de religión.
“Esta regla interina propuesta, si no cambia, requeriría que los grupos de fe refieran (a las adolescentes) para el aborto en contra de sus creencias religiosas de buena fe. Esto esencialmente evitaría que la Iglesia trabaje con el gobierno para proveer a los menores no acompañados con vivienda de calidad, cuidado de salud y servicios de reunificación familiar”, afirmó a este diario Kevin Appleby, director de Asuntos Públicos y Políticas Migratorias, de la USCCB.
“Siendo uno de los más grandes proveedores de cuidado en EEUU, esto solo penaliza a la población vulnerable a la que servimos”, agregó Applebay.
En una carta enviada el pasado 20 de febrero a la Oficina de Reasentamiento de Refugiados (ORR), firmada por varios grupos de fe, incluyendo a la Asociación Nacional de Evangelistas, Servicios de Ayuda Católica y World Vision, cuestionan las opciones incluidas en la ley para dar alternativas a los contratistas con objeciones morales o religiosas para proveer servicios contraceptivos o acceso al aborto, incluyendo el referirlas a otras agencias para que reciban esos servicios.
USCCB, que en 2013, recibió 73 millones de dólares en fondos federales para sus programas de refugiados, de los cuales 10 millones fueron para menores inmigrantes no acompañados, tiene albergues para menores indocumentados Arizona, California, Florida, New York, Texas, Virginia y Washington.
La libertad de religión enfrenta a ACLU y Caridades Católicas
La Unión Americana de Libertades Civiles (ACLU) que ha sido aliada de Caridades Católicas en la defensa de los derechos de los inmigrantes, pero ahora alega que organizaciones de fe como ésta “imponen sus creencias religiosas a las inmigrantes adolescentes bajo su cuidado”.
El lunes pasado la ACLU presentó una demanda en contra del gobierno federal para que investigue si los grupos que están recibiendo contratos y fondos públicos están restringiendo el acceso a servicios médicos, incuyendo contraceptivos, a refugiados y menores inmigrantes no acompañados por un adulto.
“Muchos adolescentes no acompañados llegan a EEUU huyendo de abusos y torturas en sus países de origen. Muchos han sido sexualmente abusados o forzados a la prostitución”, dijo Brigitte Amiri, abogada en jefe del Proyecto de Libertad de Reproducción de ACLU.
“Los obispos quieren tomar millones de dólares en contratos federales pero, al mismo tiempo, no quieren cumplir con los términos de los contratos”, declaró Amiri.
De acuerdo a un reporte de Aministía Internacional, entre el 60 y 80% de las jóvenes adolescentes inmigrantes, argumentan haber sido víctimas de abuso o violación sexual en sus países de origen o durante el trayecto hacia la frontera de EEUU.
“Creemos profundamente en la libertad de religión. Pero la libertad de religión no incluye el derecho a aceptar un contrato que requiere proveer cuidado de salud, y se rehúsa a proveer el cuidado médico que necesita a un adolescente que ha sido violado”.
Según ACLU, hay reportes de que algunas organizaciones están usando sus creencia religiosa para forzar a los adolescentes a dejar el programa, separándoles de sus familiares o sus trabajadores sociales, si necesitan cuidado reproductivo.
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Actualmente, seis de cada nueve agencias de reasentamiento para refugiados en EEUU son operadas por organizaciones de fe, incluyendo a Caridades Católicas, la más grande en términos de personas que asiste, y a World Relief, que moviliza el mayor número de recursos en la comunidad evangélica.