Si así definen “radical” pues lo admito

Juan Cartagena

Juan Cartagena Crédito: archivo | El Diario

Acabamos de recibir noticias de un artículo auspiciado por un centro que aboga por las libertades del consumidor y patrocinador de restaurantes que acusa a LatinoJustice de ser una organización radical porque demandamos la excarcelación de Oscar López Rivera.

¿Qué qué?

Bueno, para empezar este cuento tenemos que elaborar sobre el papel que toman las organizaciones de derechos civiles en este país. LatinoJustice PRLDEF nació en los  70s justamente cuando los logros del movimiento de derechos civiles cobraron atención y señalaron la necesidad de aumentar el número de abogados listos para implementar las promesas de la Constitución en cuanto al trato igual.

Pues si un radical se define por ser un abogado que lucha contra la discriminación, soy radical.

 Al conseguir éxito tras éxito en las cortes para proteger el pueblo puertorriqueño y latino, PRLDEF empezó analizar la marginalización que existía en esas comunidades con una perspectiva económica.  Es decir, los casos originales enfocaron en atributos exclusivos que tenían nuestros clientes porque hablaban español, o tenían una estatura física no muy alta, o porque nacieron en Puerto Rico en vez de los 50 estados.  Al expandir el análisis para combatir la discriminación basada en pobreza realizamos que muchos latinos se beneficiarán igual.

 Pues si me atrevo incluir un punto clasista en el debate de discriminación racial y eso me arriesga ser radical, soy radical.

 En esos años una licenciada joven de nombre Sonia Sotomayor era miembro de la junta de directores de PRLDEF.  Se añadieron campañas para eliminar la pena de muerte y para proteger los derechos de la mujer.  Años después su nombramiento para la Corte Suprema – la cúspide de una carrera de abogado – enfrentó barreras en el Senado del país.  Un legislador votó en contra de Sotomayor porque ella dirigió una organización “radical” cuando se unió a PRLDEF y las campañas “extremas” que ellos lideraron.

 Si ser como Sonia Sotomayor es ser radical, soy radical.

 Ahora un tal Centro de Libertad del Consumidor publica un artículo criticando la Fundación Ford y uno de sus concesionarios, LatinoJustice PRLDEF.  ¿Qué tiene que ver un medio de la industria de sustento en los asuntos de organizaciones latinas?  Nadie sabe.  Pero sabemos que nos atacan como “radical” por defender los derechos de Oscar López Rivera de Puerto Rico, ese “terrorista” según ellos.  El artículo elabora sobre el movimiento independentista de Puerto Rico concluyendo que cualquier persona que apoya López Rivera es por ende un radical.  Nunca menciona que López Rivera no fue convicto de un delito violento.  O que ya cumple 33 años encarcelado.  O que recibe el apoyo de todos los partidos de Puerto Rico igual que sus líderes religiosos y electos.  O que tiene 70 años.  O que motines pacificas a su favor movilizan miles y miles de personas. O que Desmond Tutu, Rigoberta Menchú y Mairead Maguire, todos condecorados con el Premio de Paz Noble, han pedido su libertad.

 Si LatinoJustice PRLDEF se considera “radical” por unirse a estas personas ilustres para poner fin a una encarcelación injusta, soy radical.

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