Estudiantes de secundaria aprenden a salvar vidas

Enseñan a estudiantes resucitación cardiopulmonar

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Estudiantes aprenden técnicas de respiración de boca a boca. Crédito: Mariela Lombard

Mercy Genao aprendió algo en su escuela que, más allá de ampliar sus conocimientos académicos, la podría convertir en una heroína en cualquier momento de su vida.

Mercy Genao
Mercy Genao

La joven dominicana, de 16 años, formó parte de un grupo de estudiantes de escuela secundaria que aprendieron las técnicas básicas de resucitación cardiopulmonar con las manos (CPR), gracias a un entrenamiento impartido por la Asociación Americana del Corazón (AHA), en la escuela secundaria Gregorio Luperón en el Alto Manhattan.

“Esto es muy importante porque puedes salvarle la vida a una persona que esté teniendo un ataque cardíaco o que se le haya parado el corazón y haya dejado de respirar”, comentó Genao, quien cursa el grado 11. Junto a ella, el también dominicano Junior Muñoz, de 19 años, resaltó lo importante que es para él haber aprendido CPR como parte de sus clases de Salud.

Junior Muñoz
Junior Muñoz

“Yo hago deportes; soy el capitán del equipo de béisbol de aquí, y algo podría pasar en cualquier momento, o dentro de la misma escuela, y yo sé lo que tendría que hacer porque ahora estoy preparado totalmente para responder a una situación de emergencia”, dijo Muñoz, cuyo padre sufre problemas cardiovasculares.

Recientemente, la escuela Gregorio Luperón High School for Science and Mathematics, ubicada en la calle 165 de Washington Heights, fue reconocida con la designación “CPR Smart School” por parte de la AHA, gracias al entrenamiento de resucitación cardiopulmonar sólo con las manos (Hands-Only CPR) que está impartiendo entre todos sus alumnos. Se trata del primer reconocimiento de este tipo para una escuela en Manhattan.

Aunque el entrenamiento se impartió inicialmente entre 40 alumnos, la escuela se comprometió a enseñar CPR a cada uno de sus casi 500 estudiantes antes de que se gradúen de bachillerato. Esto es importante porque la mayoría de alumnos en la Gregorio Luperón son de origen latino, una comunidad que tiene altas tasas de enfermedades cardiovasculares.

“Las estadísticas nos dicen que el 97% de las personas que realizan CPR, que no son personal médico, lo hacen con un familiar o alguien conocido. Por ello, estos chicos pueden encontrarse en la situación de que un familiar necesite CPR y ellos serán capaces de ayudar”, indicó Daves Gill, instructor de CPR de la AHA. “Esto es importante porque existe un alto número de personas en la comunidad latina que no sabe hacer CPR”, agregó Gill.

Con este entrenamiento, los jóvenes no sólo aprenden a realizar compresiones de pecho con sus manos en una persona que esté sufriendo de un paro cardíaco, sino que también desarrollan la habilidad de reconocer e identificar cuando alguien está teniendo un infarto. Aunado a ello, los estudiantes aprenden los elementos básicos y la importancia de utilizar un AED (desfibrilador externo automático).

“Sabemos que en Nueva York los paros cardíacos son la primera causa de muerte. Desafortunadamente, la mayoría de los neoyorquinos no saben qué hacer en el caso de que alguien tenga una emergencia cardíaca”, dijo Robin Vitale, directora principal de Relaciones Gubernamentales del AHA. “Muy pocos individuos saben comenzar CPR con presión en el pecho y creen que es suficiente con sólo llamar al 911”, agregó Vitale.

Según explicaron los expertos del AHA, el CPR se hace en dos pasos: primero se debe llamar al número de emergencias 911, y segundo se debe presionar en el medio del pecho de la persona afectada con rapidez y con fuerza usando ambas manos. Con esto se busca restituir el flujo de sangre al corazón.

“Sabemos que por cada minuto que pasa cuando el corazón deja de latir, las posibilidades de sobrevivir se reducen en un 10%. Sin embargo, si comienzas CPR de inmediato, las oportunidades de sobrevivir llegan al 80%”, explicó Vitale.

No es suficiente llamar al 911

De acuerdo con la Asociación Americana del Corazón, más de 325,000 paros cardiacos ocurren anualmente en los Estados Unidos fuera del hospital y alrededor del 90% de las víctimas no sobreviven, muy probablemente debido a que no reciben CPR en forma oportuna. Por ello se considera que simplemente llamando al 911 no es suficiente. La AHA realiza entrenamiento básico de CPR entre estudiantes de escuelas secundarias en más de 21 estados.

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