10 usos caseros del aloe vera

Una de las plantas más útiles, tanto para asuntos médicos como de belleza

La verdad que el aloe vera (planta conocida también como sábila) es una maravilla. Si alguna vez has intentado curar una quemadura con un pedacito de sus hojas, sabrás a lo que me refiero.

Se trata de una liliácea que posee vitamina A, B y C, entre otras sustancias, por lo que puede regenerar la piel y tiene propiedades digestivas. En la cultura latinoamericana, la sábila ha sido aprovechada generación tras generación (para comprobarlo, bastará con preguntarle a nuestra abuela); y en esta época en la que intentamos ser un poco más naturales, dejar los químicos a un lado y ser amigables con el medio ambiente, te vendrá muy bien conocer algunos remedios caseros que puedes preparar y utilizar con aloe vera.

  1. Para tu cabello. Si sufres de pelo graso o quieres darle brillo, sólo frota una hoja de sábila cortada a la mitad en tu cuero cabelludo. No laves hasta unas 3 horas después. Si es posible, deja que actúe toda la noche.
  1. Fiebre infantil. Si tienes niños en casa, sabrás que la fiebre es cosa frecuente en los pequeños. Para mantenerla a raya, extrae la savia de una hoja de sábila y frota ese gel sobre su frente, la planta de los pies y la nuca.
  1. Heridas y quemaduras. Es un remedio muy viejo y muy útil también para los niños. En caso de cortaduras, toma un trocito de la hoja, lávalo bien y fíjalo con una venda o una tira adhesiva a la herida; ayudará a cerrar y cicatrizar. En caso de quemaduras no graves, aplica la savia de una hoja directamente sobre la zona; además de ayudar a cicatrizar, disminuirá el dolor.
  1. Pie de atleta. Con el calor, es común que las afecciones en la piel de los pies, aumenten. Por las noches, remoja una gasa en el gel extraído de una hoja de aloe vera y frótala en la planta de tus pies o donde se encuentre el hongo. Deja actuar hasta la mañana siguiente.
  1. Antiarrugas. No es casualidad que muchos productos de belleza contengan aloe vera. Puedes cortar un trocito de hoja y pasarlo por tu rostro antes de dormir para impregnarlo con su pulpa. De paso, estarás previniendo la aparición de acné.
  1. Asma. Las vaporizaciones con sábila son muy efectivas para facilitar la respiración. Sólo hierve varios trozos de la planta y coloca tu cara cubierta con una toalla, sobre los vapores que emanan. Respirar estos vapores ayudará a sobrellevar las molestias.
  1. Después de afeitarse. Este remedio será muy apreciado por los caballeros. Para evitar la irritación causada por el rastrillo o la máquina, luego de afeitarse hay que frotar la cara con un poco de gel de la sábila, o bien, directamente con la parte interna de una hoja cortada a la mitad.
  1. Picaduras de insectos. Basta con cortar un trozo de la hoja y frotar con el gel natural de la planta, la zona donde está la picadura. Sanará más rápido y dolerá menos.
  1. Dolor de articulaciones. Toma una hoja, caliéntala, pártela por la mitad y frota la zona adolorida con la savia caliente. Sentirás un gran alivio.
  1. Digestivo. Si padeces estreñimiento o úlcera, licúa un trozo de aloe vera bien lavado con tu jugo de fruta favorito y bébelo en ayunas. Para disminuir el sabor amargo de la planta, antes de licuar, lava bien la hoja para eliminar la sustancia amarillenta que se encuentra entre la hoja y la pulpa.

Los egipcios la usaban

El presunto creador de la alquimia, Hermes Trimegistro, habría enseñado a los egipcios a aprovechar los beneficios de la sábila. Los egipcios fueron tan asiduos a esta planta que la consideraban un dios cuya sangre (la savia) contenía poderes curativos.

Otras culturas antiguas que utilizaban el aloe vera con mucha frecuencia eran los mayas, chinos e indios. En México se acostumbra amarrar un hilo o listón rojo a una de sus hojas para alejar la energía negativa de casa y para atraer la abundancia en los negocios.

Cultívala en tu casa

El aloe vera es tan noble que puedes tenerlo en una maceta en casa con cuidados básicos. No requiere de condiciones especiales, sólo una maceta amplia, de barro preferentemente y sin pintar. Colócala en un lugar donde pueda tener luz directa del sol y riégala dos veces por semana, excepto cuando hace frío.

De preferencia, para extraer la savia, deja remojar las hojas sin las espinas laterales por 24 horas. Después abre a lo largo y raspa el gel con una cuchara.

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