Víctor Espinoza, lo que menos le importa es la fama

El jinete ganador del Derby de Kentucky se perfila para buscar, por tercera vez, amenazar con la elusiva Triple Corona del hipismo

Víctor Espinoza cruza la meta del 141 Derby de Kentucky, su tercer triunfo de la carrera de caballos más importante.

Víctor Espinoza cruza la meta del 141 Derby de Kentucky, su tercer triunfo de la carrera de caballos más importante. Crédito: Getty Images

Ganar carreras importantes es lo fácil para Víctor Espinoza. Lo difícil es cargar con el peso de la fama que eso significa.

“Me cuesta mucho trabajo recibir tanta atención, prefiero concentrarme en lo mío”, dijo el jinete mexicano avecindado en Los Ángeles, quien el sábado pasó a la historia como apenas el quinto jinete en ganar el Derby de Kentucky en ediciones consecutivas.

Antes de preparase para una carrera del jueves en la pista del hipódromo de Santa Anita, Espinoza tuvo que trabajar en la logística de cómo, cuándo y dónde va a atender a periodistas de todo el país que quieren hablar con él, y eso es algo que no disfruta mucho.

“Con todo esto es difícil concentrarse en el trabajo. La verdad no es algo que me gusta mucho”, confesó el originario de Tulancingo, estado de Hidalgo.

El año pasado, Espinoza ganó el Derby de Kentucky a bordo de California Chrome; la semana pasada lo hizo sobre a American Pharoah, y hace 12 años también lo logró montando a War Emblem.

Su tripleta de triunfos en Churchill Downs lo pone como apenas el séptimo jockey en ganar tres veces el Derby de Kentucky en 141 años y el sábado de la próxima semana Víctor irá en busca de ganar por segundo año consecutivo el Preakness Stakes.

Una victoria en la pista de Baltimore de nuevo colocaría a Espinoza a un triunfo de ganar la Triple Corona del hipismo estadounidense, algo que no sucede desde 1978.

Su trayectoria ha llevado al mexicano a ser considerado uno de los mejores jinetes de la actualidad, pero Espinoza aseguró que su meta no es engrandecerse como una figura histórica.

“Tal vez esté dejando un legado, pero eso es algo en lo que nunca he pensado, nunca ha pasado por mi mente querer dejar historia; éste es mi trabajo, es lo que yo puedo hacer. Siempre he pensado que tengo que hacerlo al cien por ciento y seguir hasta donde uno pueda”, dijo el jinete de 42 años de edad.

Espinoza le dedica horas a prepararse físicamente para poder mantener la forma que le permita controlar un caballo de 1,200 libras, que alcanza velocidades de hasta 40 millas por hora. En total, sus jornadas de trabajo son de hasta 11 horas, incluyendo entrenamiento y la monta.

Desde que a la 7 de la mañana está en la pista de caballos, pasando por su rutina de ejercicios en el gimnasio y carreras en las montañas, el mexicano labra su fama y fortuna en base a mucho trabajo.

“Víctor es uno de los mejores jinetes del momento”, dijo el experimentado entrenador de caballos de Santa Anita, Richard Mandela, quien desmenuzó una por una las cualidades de Espinoza.

“En primer lugar, es un gran atleta; segundo, es un muy buen jinete; y tercero, toma su trabajo muy seriamente”, explicó.

‘Aquí no hay amigos’

Dentro del circuito de jinetes que frecuenta en la pista de Santa Anita, Espinoza tiene una gran admiración de parte de sus compañeros de profesión.

“Su personalidad es increíble, se la pasa bromeando con nosotros, no tiene ningún enemigo”, aseguró el jinete Joe Talamo.

“Siempre se está riendo, siempre contando chistes o haciendo bromas, nunca está de mal humor y eso se refleja en la manera que monta y en la confianza que muestra de que puede ganar todas la carreras”, apuntó.

Talamo consideró que Espinoza tiene un sentido muy especial para dirigir a sus caballos y eso lo hace ser uno de los mejores en su profesión.

“Siempre pone a su caballo en la posición ideal para atacar la pista. Él ve situaciones o momentos que otros no pueden”, aseguró.

A pesar de las palabras de aprecio que recibe por parte de entrenadores y jinetes, Espinoza dijo que en todos sus años dentro del hipismo no ha hecho grandes amistades.

“En el vestuario nos llevamos bien, hacemos bromas y todo eso, pero en la pista no somos amigos porque todos queremos ganar”, admitió el mexicano para después lanzar un fuerte golpe de realidad.

“La verdad, aquí no hay amigos”.

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