Trató de destruirse y ni él mismo pudo
Fernandito Villalona se "confesó" con Jorge Viera

Jorge Viera (izq.) y Fernandito Villalona. Crédito: Jorge Viera
Su música es patria. Fernandito Villalona refleja la identidad del pueblo dominicano. Es un artista que ha vivido lo mejor y lo peor de la fama.
Apodado cariñosamente como “El mayimbe” o “El niño mimado“, es uno de los cantantes más reconocidos en la República Dominicana. Villalona ha incursionado en géneros como el merengue, la bachata y, últimamente, la música cristiana. Ha grabado más de 20 álbumes, casi todos éxitos rotundos. A los 16 años se lanzó como solista y se labró un nombre propio durante la época de “Los Años Dorados del Merengue”.
“Yo era un tigre, pero muy inocente en el enamoramiento y la mala vida”, me dijo en una entrevista esta semana.
Mientras más dinero ganaba, más gastaba Villalona.
“Perdí mucho dinero. No en apuestas, sino en vicio. Gasté casi un millón de dólares en drogas, en específico consumiendo crack”, confesó. Así paso más de 15 años de su vida.
Pero como el que nace con un flor en la mano, Fernandito -gracias a varios amigos- puedo rehabilitarse en una clínica de los Estados Unidos y ya lleva casi 20 años sin consumir ningún tipo de droga. Agradece a Juan Luis Guerra por haberle ayudado a encontrar “los caminos del señor”.
También asegura que se acostó con más de 2,000 mujeres, pero que Julio Iglesias le ganó por unas mil. Lo dijo entre risas, con la tranquilidad de un hombre que parece haber dejado atrás los fantasmas del pasado.
En cuanto a la política, su máximo líder fue el Dr. Joaquín Balaguer (tres veces presidente de su país), que una vez le pidió que corriera para ser senador por la provincia de Dajabón, de donde es oriundo. Aunque en esos comicios no ganó, no descarta postularse para un puesto político en el futuro.
La Historia de “Un Mayimbe” va a más allá de su desafortunado camino en las drogas o cuando perdió en los comicios electorales. Es la historia de un hombre como pocos, que la República Dominicana quiere como uno de sus grandes hijos exponentes de su música, que ha sabido levantarse en las peores circunstancias de la vida y que ha encontrado la luz al final del camino.
Un claro ejemplo que uno no es como uno empieza, sino como termina. Fernandito, aunque trató de destruirse, ni él mismo pudo. Porque estaba hecho para convertirse en el Rey de los Mayimbes.