Hace 50 años: Ali convierte lo insólito en historia

Un día como hoy en 1965, el “Payaso de Louisville” y Sonny Liston se midieron tuvieron revancha en Lewiston, Maine

Muhammad Ali noquea  a Sonny Liston. Foto: Archivo/LA NACION

Muhammad Ali noquea a Sonny Liston. Foto: Archivo/LA NACION Crédito: Archivo LA NACION

Debió haber ocurrido en Boston, pero en cambio se llevó a cabo en Lewiston, un pueblito de Maine a donde llegó toda la parafernalia del combate de revancha entre Muhammad Ali y Sonny Liston. Era mayo de 25 de 1965.

Había al menos dos cosas nuevas en relación con el primer pleito de quince meses atrás en Miami. Cassius Clay ya no se llamaba así, sino Muhammad Ali y eso que para el “Oso” Liston era un tontería, para el genial “Payaso de Louisville” era un asunto fundamental.

El segundo factor era que Ali, por su actitud desafiante, ya contaba con enemigos de alto calibre y por eso su pelea que debía escalar hacia grandes escenarios, se haría en Boston a prudente distancia de la influencia étnica, religiosa y política, del entorno del campeón.

Programada para el 16 de noviembre de 1964 en el Boston Garden, y cuando Liston parecía en condiciones de rescatar su título, Ali padeció el estrangulamiento de una hernia y la pelea se postergó seis meses.

La nueva fecha era el 25 de mayo, en el mismo lugar, pero la persecución mal disimulada sobre Ali y los pleitos de orden judicial de Liston pusieron de nuevo la pelea muy cerca de su cancelación y el 7 de mayo una Corte les dejó saber que no se podría efectuar en Boston.

Por eso pelearon Ali y Liston en Lewiston, Maine y para poner la taquilla lejos de la audacia de algún fiscal empecinado, los dueños del show escucharon la oferta de Sam Silverman, un empresario con alguna experiencia en pequeñas carteleras quien les dijo que la podían hacer en Lewiston, un pueblito de 40 mil habitantes, 230 kilómetros al norte de Boston.

También los convenció de que era capaz de organizarla en 18 días.

Y así sehizo la pelea, por un título peso pesado, más insólita en la historia , en medio de medidas extremas de protección al campamento de Ali y a todo el entorno del espectáculo, lo que dejó en apenas 2,434 el número de fans en la arena de los 4,900 del aforo total del inmueble.

Un récord: La pelea, título en juego, menos vista en la historia de los pesos pesados.

Y eso que nadie sabía que duraría poco más de un minuto que fue lo que le tomó a Ali, danzar en torno a Liston, esquivar dos golpes y conectar su uno-dos arriba para enviar a la lona a su enemigo.

Fue corto el trámite y confuso el desenlace.

Nace el ‘Phantom Punch’

Una teoría conspiración habla del “nocaut fantasma”, según la cual Liston se dejó caer y volvió tras la cuenta, entregado y sin disposición de pelear. Muchos aún sostienen que no hubo contacto y afirman que de un personaje corrompido, tal era la fama de Sonny Liston, podía esperarse cualquier cosa.

Mientras Ali miraba a Liston que trataba de ponerse de pie y volvía a hundirse, le gritaba: “Levántate y pelea… Levántate y pelea infeliz”.

El árbitro Jersey Joe Walcott, quien había sido campeón de los pesos pesados, logró con dificultad enviar a Ali a una esquina neutral mientras Liston que había caído al 1’44” de ese primer asalto se puso de pie a los 1’56”. Pareció retomar la pelea, pero como no respondía Walcott declaró ganador a Ali a los 2’12”.

“Fix! Fix! Fix!”, gritaba el público furioso, pero nunca llegarían a reparar nada y la pelea se queda como uno de los grandes fiascos de la historia, entre visto y juzgado.

En su autobiografía “The Greatest”, Ali reconoce lo raro del aire irrespirable de aquella noche, pero rescata con un gran carácter aquel momento puntual en su carrera.

“La historia soy yo”

No podía dejar hundir en lo antihistórico su primera pelea como Muhammad Ali y él, que peleó en Zaire y en Filipinas; en Nueva York, Las Vegas y Los Ángeles, lugares repletos de historia, le da un lugar a su segunda victoria sobre Liston y rescata la lamentable noche de Lewiston.

“Hay lugares que tienen más o menos historia. Que cuentan con grandes protagonistas y páginas de leyendas… Nunca me ha importado el lugar de mis peleas. ¿Lugares con historia? Por favor… ¡la historia soy yo!”.

Pocos lo recuerdan y otros no quieren recordarlo, pero la pelea que marca el punto de inflexión en la mitología de Muhammad Ali, fue un gran fiasco, que sólo la grandeza de un mito como el “Payaso de Louisville” puede disimular y poner sin pretenciones en las enciclopedias del boxeo.

Fue en Lewiston, Maine, hoy hace 50 años.

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